Los grupos bancarios herederos de las antiguas cajas de ahorros y asociados a la CECA se anotaron un resultado atribuido de 2.510 millones de euros en la primera mitad del año, un 26,1% más que en los seis primeros meses de 2017.
El crecimiento de los ingresos recurrentes (margen de intereses y comisiones) y la contención de los gastos, junto a un significativo descenso de los saneamientos inmobiliarios, han sido los principales motores del incremento del resultado, según ha anunciado hoy la patronal.
En un contexto de tipos bajos, las entidades han registrado una evolución positiva del margen de intereses, con un ascenso del 0,3% interanual. Los ingresos por comisiones netas crecieron un 2,6% respecto a 2017, impulsados principalmente por los ingresos procedentes de la comercialización y gestión de fondos de inversión y de pensiones.
Los ingresos por la cartera de renta variable registraron un importante aumento motivado por los resultados de la cartera de participadas. Por el contrario, tanto los resultados de operaciones financieras como “otros ingresos de explotación” disminuyen su contribución al resultado en comparación con el primer semestre de 2017.
En línea con el esfuerzo de racionalización y contención de costes, las entidades redujeron sus gastos de explotación en un 1,7%, especialmente por la moderación de los gastos de personal. Asimismo, la reducción significativa de las pérdidas por deterioro de activos financieros (-50%) y de las provisiones (-63%) respecto al mismo período del año anterior, permitieron impulsar el resultado antes de impuestos de las entidades de CECA un 37,3% hasta los 3.261 millones.
En cuanto a la calidad del crédito, la ratio de dudosidad del sector se redujo en 1,4 puntos porcentuales desde diciembre de 2017, hasta alcanzar el 6,4% en junio de 2018, mientras que la ratio de cobertura ascendió al 55,3%. Por último, la rentabilidad sobre fondos propios se elevó en 1,7 puntos porcentuales respecto a junio del año anterior, hasta el 8,8%, por la mejora de los resultados.
