Bezos lanza un fondo para los ‘sinhogar’ tras boicotear un impuesto para vivienda pública

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Bezos lanza un fondo para los ‘sinhogar’ tras boicotear un impuesto para vivienda pública

Amazon encabezó una campaña que consiguió derogar un tributo a las grandes empresas en Seattle cuya recaudación se iba a destinar a facilitar el acceso a la vivienda.

Jeff Bezos

El fundador y CEO de Amazon, Jeff Bezos, a día de hoy la persona más rica del mundo, ha anunciado la creación de un fondo de 2.000 millones de dólares (unos 1.715 millones de euros) destinado a abrir escuelas en barrios pobres y a ayudar a personas sin hogar. La iniciativa llega, sin embargo, poco después de que el gigante del comercio ‘online’ liderara una campaña que ha conseguido tumbar un impuesto en Seattle a los grandes empleadores cuya recaudación se pretendía destinar a financiar vivienda pública y dar solución al elevado número de personas que vive en la calle en esta ciudad. La compañía está además ahora en el ‘ojo del huracán’ en EEUU por los bajos sueldos: según un estudio, trabajadores de Amazon en al menos cinco Estados del país norteamericano tienen que recurrir a ayudas sociales para comer.

La organización New Food Economy afirma que un tercio de los empleados de la plataforma en Arizona está en el SNAP (Supplemental Nutrition Assistance Program), un programa de ayudas a personas de bajos ingresos en EEUU para comprar alimentos. También necesita cupones para alimentos el 10% de los trabajadores de la compañía en Pensilvania y Ohio, y los mismo les ocurre a varios empleados de Kansas y Whasington.

Los datos fueron revelados en abril, pero han vuelto a saltar a los medios después de que el senador demócrata Bernie Sanders presentara este mes un proyecto de ley bautizado como ‘Stop Bezos’ para reclamar a grandes empresas con bajos salarios que paguen al Gobierno para financiar cupones de alimentos, vivienda pública y la asistencia sanitaria de sus propios trabajadores. “En otras palabras, los contribuyentes de este país ya no estarían subvencionando a las personas más ricas de este país que están pagando salarios inadecuados a sus trabajadores”, defendió Sanders en una rueda de prensa, según recoge Efe.

En mayo, el Ayuntamiento Seattle aprobó impuesto a las grandes empresas, en función de su cifra de empleados, para financiar proyectos de vivienda social y servicios de atención para las personas sin hogar. El acceso a la vivienda es uno de los grandes problemas de la localidad, donde ciudadanos tienen que gastar alrededor de un tercio de sus ingresos en vivienda y hay más de 11.600 personas sin hogar (en el área metropolitana).

En concreto, el tributo pretendía gravar con 275 dólares (algo más de 230 euros) por empleados a todas las empresas que facturan más de 20 millones (cerca de 17 millones de euros), lo que sumaría a las arcas públicas de la ciudad unos 47 millones de dólares (39,5 millones de euros) al año. Amazon, con más de 45.000 trabajadores, es el mayor empleador de la ciudad, donde está su sede, por lo que sería la compañía más perjudicada… si el impuesto finalmente hubiese entrado en vigor.

Apenas un mes después de su aprobación, la ciudad derogó el tributo sin llegar a ponerse en marcha. Según varios miembros del Consejo Municipal, detrás de este cambio de decisión está la presión ejercida por Amazon y Starbucks, que financiaron y encabezaron una campaña contra el impuesto. Bajo el lema ‘No tax on jobs’ (Sin impuestos en el trabajo’), se hicieron con el apoyo de cientos de residentes y recogieron firmas para someter a referéndum el impuesto el próximo mes de noviembre. La lucha derivó en una “campaña de ira” contra el Ayuntamiento y sus miembros, según denunciaron estos.

En España, Douglas Harper, portavoz de CCOO en el almacén de Amazon en Alcalá de Henares, donde la empresa mantiene un conflicto con los sindicatos, ve con buenos ojos el fondo creado con Bezos para solucionar el problema de la pobreza, sin embargo, sostiene que “primero tendría que solucionar la situación de sus propios empleados”, en referencia a las criticadas condiciones laborales y a esos trabajadores estadounidenses que recurren a los cupones de alimentos.

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