Todas las miradas se dirigen este miércoles a Inditex, que acaba de presentar sus resultados del primer semestre del año (desde el 1 de febrero hasta el 31 de julio, según su calendario fiscal) después de haber recibido hace unas semanas un análisis demoledor por parte de los analistas de Morgan Stanley. En este tiempo, el grupo textil obtuvo un beneficio de 1.409 millones de euros, un 3,1% más que en el mismo período del año anterior, pero por debajo de lo esperado, mientras que las ventas han alcanzado los 12.025 millones. Sus acciones suben en la apertura de la sesión en el parqué madrileño un 1,5%.
Aunque ha logrado un nuevo récord de ganancias para la compañía, se trata del menor crecimiento del beneficio registrado en un primer trimestre para la firma desde 2015. A pesar de ello, la facturación ha superado por primera vez para estos seis meses los 12.000 millones de euros, por lo que el mercado reacciona de forma positiva. La cifra supone un incremento del 3%, con crecimientos en todas las áreas geográficas.
A tipo de cambio constante, la cifra de negocio creció un 8%, en un primer semestre caracterizado por la fortaleza del euro. Las ventas comparables crecieron un 4%, según explica la empresa que preside Pablo Isla en un comunicado.
Por su parte, el beneficio bruto de explotación (Ebitda) alcanzó los 2.343 millones de euros, un 2% más, al tiempo que el beneficio neto de explotación (Ebit) se situó en 1.784 millones, un 2% superior.
De acuerdo con lo aprobado por la Junta de Accionistas celebrada el 17 de julio, el 2 de noviembre de 2018 Inditex el abonará el dividendo ordinario complementario y el dividendo extraordinario, por un valor bruto conjunto de 0,375 euros por acción. Con ello, la firma completa el dividendo total de 0,75 euros por acción correspondiente al ejercicio 2017.
