Las empresas pagan menos impuestos que en 1999 aunque sus beneficios son más del doble

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Las empresas pagan menos impuestos que en 1999 aunque sus beneficios son más del doble

Las deducciones y desgravaciones que aplican las empresas han rebajado a la mitad los beneficios por los que acaban pagando Impuesto de Sociedades.

Bolsa de Madrid

Los últimos datos de recaudación de la Agencia Tributaria han permitido actualizar la foto fija de los impuestos que pagan las empresas en España. Lo ha hecho la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF): su presidente, José Luis Escrivá, publicaba ayer en redes el gráfico que muestra cómo el actual Impuesto de Sociedades recauda menos que en 1999 cuando los resultados contables positivos de las empresas son más del doble que aquel año.

En ese esquema, considerando a 1999 como punto de partida y corrigiendo por precios constantes, se observa que en 2017 las empresas tributaron la mitad que antes de la crisis, a pesar de haber recuperado el nivel de beneficios de 2006.

Respecto al último año del siglo XX, la base imponible consolidada, sobre la que se calcula el tributo, es muy parecida a la de 2017. Sin embargo, el resultado contable positivo de las compañías en España es más del doble que hace 18 años.

La brecha entre la base imponible y la cifra que se acaba gravando a las empresas está en el centro del actual debate sobre cómo reformar el Impuesto de Sociedades. La clave reside en las desgravaciones y deducciones que las compañías aplican a sus cuentas para reducir la cantidad que tributa.

Recientemente, el Gobierno de Pedro Sánchez ha manifestado su intención de implantar un tipo mínimo en el Impuesto de Sociedades a partir del cual las empresas no puedan aplicar más deducciones. La idea de la titular de Hacienda, María Jesús Montero, apuesta por imponer un tipo mínimo del 15% en el impuesto de Sociedades para que lo que pagan realmente estas empresas no caiga hasta el 12% de sus beneficios, de media.

Sin embargo, el dilema reside en aplicarlo sobre el resultado contable positivo o sobre la base imponible (es decir, después de que la compañía haya recurrido a desgravaciones y deducciones).

El gráfico de la AIReF evidencia la creciente brecha entre ambos conceptos: los beneficios y la cifra por la que finalmente tributan las empresas se ha ido distanciando progresivamente hasta llegar al punto en que la base imponible supone solo la mitad de los beneficios contables registrados por las sociedades.

En este proceso ha sido esencial la internacionalización de la actividad de la actividad de las empresas españolas y la exención de sus beneficios obtenidos fuera.

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