El Petro

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Maduro anuncia el anclaje, tanto de la actividad económica, como del valor del Bolívar Soberano, al Petro (la criptomoneda estatal, decretada formalmente el año pasado).

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El Petro «no estaba muerto», tampoco «de parranda». La vieja canción colombiana, rumba catalana según el recordado Peret, con una pequeña modificación nuestra, nos viene al caso, en razón de la mención y uso del criptoactivo estatal venezolano por el Presidente Nicolás Maduro en su reciente anuncio de un plan económico para nuestro país.

Junto a, al menos, cuatro medidas más, de diversos asuntos económicos, el presidente anuncia el anclaje, tanto de la actividad económica, como del valor del Bolívar Soberano (la nueva moneda venezolana), al Petro (la criptomoneda estatal, decretada formalmente el año pasado).

De una vez, porque inmediatamente surge la pregunta sobre la pertinencia y efectividad de lo decidido, digo que, en nuestra opinión, sí puede ayudar a los propósitos mencionados en la ocasión; pero que, de entrada, hay que realizar diversas consideraciones ineludibles.

Lo primero y principal -para entender la medida- es que la moneda digital mencionada existe solo en razón del decreto de su creación, el 6.346, del 8 de diciembre del año pasado; pero, no circula, por lo cual, no puede decirse que sea una referencia del comportamiento de un activo nuevo, útil a la toma de decisiones. O sea, existe legalmente; pero, no está activa; y, aún así, puede ser base de decisiones. Para el Estado venezolano -y no el gobierno, como tantos dicen- el Petro, hasta ahora, es manejada como una «unidad de cuenta», con base en la cual, realizar la toma de decisiones sobre asuntos de Estado.

Si circulará, o no, no hay noticias; pero, es de presumir y desear que sí, para poder cimentar sobre ella decisiones y acciones del nuevo contexto económico sugerido por el jefe de Estado.

A efectos de las medidas de política, poco han referido los analistas sobre el «cómo se come eso». Al respecto, tenemos un análisis. En realidad, el anclaje no es al Petro, que no circula; y que si circulare, no interesa; sino al precio del petróleo. Si el precio sube, sube el gasto y lo contrario. Pero, hay que decirlo, no parece ser un mecanismo de contención monetaria, que es el principal problema, sino formalmente fiscal y, además, discrecional.

No ha sido informada la decisión sobre el tipo de mecanismo; pero, es un asunto relevante. Lo monetario, por exigencias fiscales, está muy fuera de límites, sin medios formales efectivos de contención. Tema estatal, no de gobierno. Un círculo vicioso que hay que contener mucho más drásticamente. Aconsejamos el recurso de los estabilizadores automáticos.

Con lo dicho y decidido hasta ahora, como estabilizador, es discrecional, no automático. Se requiere un anclaje legal. Hay una decisión de ceñirse al precio; pero en sana ley, la posibilidad estabilizadora depende de la influencia de los ingresos totales. La decisión de ceñirse a un indicador, el precio, resulta, entonces, insuficiente.

El principal problema hoy es la masiva monetización del déficit. O se aumenta significativamente los ingresos, en un país empobrecido y en seria recesión (tarea muy difícil), o se baja también ampliamente los gastos. El aspecto formal de la contención del déficit parece insuficiente. Por lo cual, es también necesario incluir en «la ecuación» los medios relevantes al desarrollo productivo, incluyendo el aporte potencial de la Criptoeconomía.

Es que resulta necesario puntualizar, a esta altura de nuestro análisis, que el Petro -tal como anunciado- representa, de materializarse, una categoría nueva de criptoactivos, en razón de las definiciones en el artículo cuarto de su decreto de creación, de acuerdo a las cuales, el Petro se trata de petróleo venezolano, cotizado en la cesta OPEP, así como otros commodities, entre ellos el oro, diamante, coltán y el gas, por la vía del respaldo físico, en un contrato compra-venta, sea de petróleo, o de cualquier otro commodity que decida la nación. ¿Cuál es el plan al respecto?

***Santiago J. Guevara G., es economista venezolano, experto en Prospectiva, Estrategia y Gestión. Profesor universitario jubilado. Ejerce la Coordinación Adjunta de la Materia Interescuelas de FACES-UC (Universidad de Carabobo) en «Gerencia y Finanzas de Criptomonedas y Criptoactivos» y es facilitador del Diplomado en Criptomonedas del Ceate-FACES-UC. Es líder promotor del «Grupo de Deontología de la Criptoeconomía», basado en la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad de Carabobo

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