Las dudas de un mentiroso

Venezuela

Las dudas de un mentiroso

Nadie hasta ahora parece seguro de que el presidente de Venezuela haya sobrevivido a un atentado con drones cuando presidia un acto en el centro de Caracas.

Nicolás Maduro

Nadie hasta ahora parece seguro de que el presidente de Venezuela haya sobrevivido a un atentado con drones cuando presidia un acto en el centro de Caracas. Las descripciones de lo ocurrido no coinciden ni siquiera cuando quienes las hacen son testigos han estado presentes. El Gobierno y el propio Presidente se han apresurado a acusar a posibles autores materiales e intelectuales incluido el propio honorable presidente saliente de Colombia, Juan Manuel Santos, con quien ha mantenido una relación pésima. Muy fuerte tratándose de jefes de Estado de dos países vecinos y más predestinados a entenderse que a enfrentarse en una guerra.

Que haya habido un intento de asesinato es posible y conociendo la situación a que Maduro ha llevado al país es hasta probable. Son muchos los enemigos que se ha ganado y bastantes los que seguramente desean quitárselo de en medio. Venezuela es ahora mismo uno de los países donde existe mayor violencia. Posibles autores hay, sin duda: ya hubo incluso alguna iniciativa militar más bien chapucera para derrocarle que fracasó. Nunca el asesinato es admisible como forma de enfrentar los problemas o dirimir las discrepancias. Pero Maduro ya ha demostrado que es un mentiroso y su gestión nunca ha sido un ejemplo de pulcritud en los métodos politicos.

Paralelamente hay que recordar que no es tampoco la primera vez que desde el poder que encabe se urden denuncias de complots que acabaron siendo desdeñadas por lo burdas que resultaron las explicaciones. Por eso no hay que descartar que igual que le ocurrió a Pedro con el lobo, ahora haya sido verdad y casi nadie lo este creyendo. Lo que si es cierto es que a Nicolás Maduro en deterioro galopante de su autoridad y solvencia, la historia le viene muy bien para recuperar imagen. La versión oficial le aporta una aureola de heroísmo y, mientras tanto, el régimen tiene argumentos para actuar más enérgicamente aún contra sus adversarios.

Los registros y detenciones que se han puesto en marcha probablemente acaben sirviendo para atemorizar más a la oposición democrática. Este es el argumento que muchos utilizan para mantener viva la hipótesis de que el frustrado atentado no haya sido otra cosa que un montaje de sus propios afines para hacer creer a los ciudadanos la maldad de los que han querido matarle y la fortaleza del mandatario que no se ha dejado asesinar. La duda persistirá durante mucho tiempo, pero la realidad es que seguridad y la situación económica, social y política del país seguirá degradándose.

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