Alemania blinda sus empresas ante China

Proteccionismo

Alemania blinda sus empresas ante China

El Gobierno de Merkel prepara una ley para vetar las adquisiciones extranjeras de participaciones en empresas consideradas de seguridad nacional.

Angela Merkel y Li Keqiang

El Gobierno de Angela Merkel intenta blindarse contra la pujanza económica de China. El país aumentará sus poderes para bloquear las inversiones extranjeras en empresas clave, reduciendo significativamente el umbral bajo el cual las operaciones corporativas pueden estar sujetas a veto ministerial.

Bajo la legislación actual, Berlín puede vetar acuerdos que impliquen la compra de al menos el 25% del capital social de una empresa alemana por parte de una de fuera de la UE, y solo si se considera que la operación pone en peligro el orden público o la seguridad nacional. La intención del Ejecutivo ahora es reducir ese umbral al 15%.

El ministro de Economía y Energía, Peter Altmaier, ha explicado en declaraciones al diario alemán Die Welt que el umbral se reducirá “para que podamos verificar más adquisiciones en sectores sensibles de la economía”. “Queremos tener una visión más cercana de las empresas en el sector de la defensa y en las infraestructuras críticas, así como en ciertas tecnologías civiles que son relevantes para la seguridad, como la seguridad de TI”, ha señalado Altmaier.

La nueva normativa abarcará compañías envueltas en sectores como las telecomunicaciones, los servicios de computación en la nube, los sistemas de control para plantas de energía y redes eléctricas, la provisión de agua potable y eliminación de aguas residuales, así como los sistemas de suministro de efectivo y tarjetas de crédito y la liquidación de transacciones de valores, entre otros. El proyecto de ley podría entrar en vigor este mismo año.

“Por supuesto que queremos que las compañías continúen invirtiendo en Alemania”, ha aclarado Altmaier, “pero también tenemos el deber de proteger los intereses de la seguridad y el orden público”.

La voracidad de las empresas chinas preocupa cada vez más a Alemania, que interviene cada vez más para detener estas inversiones, particularmente en compañías que operan en infraestructuras consideradas críticas, ante el temor de que la tecnología más avanzada del país acabe en manos del gigante asiático.

Según publicó Financial Times, el mes pasado el Gobierno ordenó al banco estatal de desarrollo KfW que tomara una participación del 20% en 50Hertz, un operador de red de energía de alto voltaje, para adelantarse a la adquisición de la participación por parte de un inversor estatal chino.

Hace aún menos tiempo, la semana pasada, una empresa china, Yantai Taihai, se vio obligada a retirar su oferta por Leifeld Metal Spinning, una pequeña empresa especializada en materiales para las industrias aeroespacial y nuclear, después de que el gobierno se moviese para bloquear el acuerdo. Hubiera sido el primer uso de la ley de inversión extranjera de Alemania para vetar una transacción de este tipo.

El sentimiento proteccionista de Alemania no ha hecho sino aumentar desde que en 2016 el fabricante chino de electrodomésticos Midea adquiriese por 4.500 millones de euros Kuka, empresa líder en robótica industrial.

La cautela de Alemania sobre la inversión china ha aumentado desde el surgimiento de ‘Made in China 2025’, un plan a diez años del Gobierno chino para transformar al país de un fabricante de bajo coste a un poder de alta tecnología dominante en diez sectores industriales avanzados.

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