Cómo usamos las tarjetas de crédito los hombres y las mujeres

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Cómo usamos las tarjetas de crédito los hombres y las mujeres

Hay una gran cantidad de prejuicios al respecto, así que en este artículo, vamos a hacer lo posible por aportar claridad a esta cuestión a partir de datos reales.

Tarjetas de credito

El uso de las tarjetas de crédito por parte de los hombres y las mujeres está muy lejos de ser idéntico. Factores culturales, sociales y, por supuesto, cuestiones económicas, influyen en la forma en la que unos y otras hacen uso del “dinero de plástico”.

Por supuesto, hay una gran cantidad de prejuicios al respecto, así que en este artículo, vamos a hacer lo posible por aportar claridad a esta cuestión a partir de datos reales. Sobra decir que lo expuesto aquí no constituye una opinión formada, sino una relación de evidencias contrastadas en un informe que, en seguida, te presentaremos.

Algunas de estas conclusiones podrán parecer sorprendentes. En cualquier caso, cabe señalar que el paso del tiempo y los progresos en materia de igualdad de sexos están contribuyendo a cambiar nuestros hábitos de consumo.

Comienza a estudiarse y publicarse el uso de las tarjetas de crédito por parte de los consumidores

A finales de 2016, la entidad Bankinter Consumer Finance publicó las conclusiones de un estudio llevado a cabo sobre los patrones de consumo de los usuarios de sus tarjetas de crédito.

Concretamente, el número de unidades expedidas por la entidad supera las 660.000 tarjetas, de forma que el estudio cuenta con una base sólida, aunque no por ello deja de suponer un segmento de todo el mercado. Por lo tanto, las conclusiones vertidas deben ser siempre tomadas con cautela, entendiendo que otras entidades situadas en segmentos distintos del mercado podrían contar con datos diferentes.

Toda la información quedó reflejado en su Informe sobre el perfil y los hábitos del consumidor español con tarjetas de crédito.

Enorme brecha entre el número de hombres y mujeres que utilizan una tarjeta

El primer dato que llama la atención del citado informe es el hecho de que el número de clientes varones que son titulares de una tarjeta de crédito duplica al de las clientas. Concretamente, un 68% de hombres, frente a un 32% de mujeres.

Sin duda, se trata de una brecha muy llamativa y que quizá ponga de relieve las diferencias aún presentes dentro de nuestra sociedad.

El consumo de los hombres con la tarjeta de crédito es mayor que el de las mujeres

Aunque la diferencia no es tan abultada como en el primer caso, el consumo por parte de los hombres también es superior al realizado por las mujeres. El informe cifra dicho consumo en 2.917 euros en el caso de los primeros y 2.369 euros en el caso de las segundas.

Se trata de una diferencia del 23,1%, lo cual podría deberse a multitud de factores. Por un lado, parece haber cierta proporcionalidad respecto a las diferencias salariales presentes en nuestro país.

De hecho, el informe sugiere que los hábitos culturales, así como la disparidad en el poder adquisitivo podrían estar detrás de este aspecto.

En cualquier caso, el informe también destaca que se está produciendo cierto repunte en el consumo femenino mediante las tarjetas de crédito, respecto a los ejercicios anteriores. Esto estaría contribuyendo a reducir la enorme brecha mencionada.

Cuanta más edad, más diferencias en el nivel de consumo

El informe también refleja que las diferencias en el nivel de consumo entre hombres y mujeres se agudiza conforme la edad avanza.

En realidad, este aspecto no debería resultar demasiado sorprendente, dado que las generaciones anteriores también están influenciadas por estereotipos y convencionalismos culturales desiguales.

Es de esperar que las generaciones actuales minimicen estas diferencias conforme vayan envejeciendo.

Los consumidores de entre 30 y 40 años son los que presentan menores diferencias

La generación Millenial ha vivido en una cultura que impulsa la igualdad y, al mismo, ha sufrido de lleno la crisis económica a lo largo de los primeros años de su carrera profesional.

Las diferencias de consumo entre ambos sexos son las más reducidas de todo el informe, si bien todavía favorecen a los hombres.

Las diferencias comienzan a incrementarse a partir de los 40 años.

En el caso de los consumidores de más de 40 años, las diferencias en el nivel de consumo comienza a ser aún mayores, alcanzando su culmen a la edad de 70 años. Es entonces cuando los hombres tienen un consumo de medio de 2.736 euros, y las mujeres 1.875 euros.

Desgraciadamente, el informe no profundiza en las causas de estas diferencias. No cabe sino especular acerca de los hábitos de consumo, costumbres culturales y, por supuesto, desigualdad salarial como alguno de los aspectos que influyen en las estadísticas mencionadas.

Hombres y mujeres compran cosas distintas

Uno de los aspectos que quizá influye en el nivel de consumo puede ser el hecho de que el tipo de cosas que los hombres y las mujeres compran con la tarjeta no es el mismo.

Ellos consumen mucho más en gasolineras y restaurantes, hasta el punto de que la diferencia se sitúa en torno al 70%. El informe sugiere que en nuestra cultura el hombre tiende a ocuparse de los asuntos relacionados con el vehículo y también existe la costumbre de que sea él quien “pague la cuenta”.

Por su parte, las mujeres se muestran más propensas al gasto en el sector de la moda, hasta el punto de que aventajan a los hombres en un 42%.

Igualdad de consumo en determinados sectores

Por supuesto, no todo iba a ser diferencias. De hecho, existen una serie de sectores en los cuales las diferencias se reducen notablemente e incluso se eliminan casi totalmente.

Tal es el caso del consumo en el hogar, grandes almacenes, viajes y vuelos, así como la telefonía y la electrónica. En estos sectores aún hay diferencias pero son más bien sutiles.

En farmacia y comida rápida, sin embargo, no hay diferencia alguna. También es cierto que se trata de ámbitos en los que los consumidores destinan escaso dinero, por lo que la estadística resulta poco significativa.

Las diferencias de consumo a través de la tarjeta de crédito entre los hombres y las mujeres son una realidad en nuestro país. La cuestión radica en descubrir los motivos, para comprender mejor nuestros hábitos como consumidores y, en su caso, corregir las disparidades que no estén justificadas.

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