BBVA se anotó en los seis primeros meses del año un beneficio atribuido de 2.649 millones de euros, un 14,9% más que en el mismo periodo de 2017, según ha comunicado hoy la entidad, que atribuye a la fortaleza de los ingresos recurrentes, la contención de los gastos de explotación y los menores saneamientos y provisiones este crecimiento.
El margen de intereses alcanzó en el semestre los 8.643 millones de euros, un descenso de un 1,8%, aunque un 9,4% más a tipos de cambio constantes, y las comisiones crecieron un 1,5% interanual (un 11,3% sin considerar el efecto de las divisas). La suma de ambas líneas -ingresos recurrentes- alcanzó los 11.135 millones de euros, un descenso de un 1,1%. Esta partida fue el principal catalizador de la evolución del margen bruto que, entre enero y junio, llegó a 12.074 millones de euros, un descenso de un 5,1%.
La disciplina en costes continuó dando frutos y los gastos de explotación disminuyeron en el semestre un -5,8% interanual. La ratio de eficiencia se situó en el 49,2%, 82 puntos básicos por debajo del dato de 2017 a tipos de cambio constantes. En este contexto, el margen neto alcanzó los 6.131 millones de euros, un 4,3% menos que en el mismo período del año pasado.
En cuanto a los indicadores de riesgo, la tasa de mora se mantuvo estable en el 4,4%, mientras que la tasa de cobertura se situó en el 71% y el coste del riesgo cerró en niveles del 0,8%.
En términos de solvencia, BBVA alcanzó una ratio CET1 fully-loaded proforma -que incluye la venta de BBVA Chile (cerrada en julio) y el acuerdo con Cerberus para reducir la exposición al negocio inmobiliario – del 11,40% a finales de junio. Por su parte, la ratio de apalancamiento fully-loaded cerró en un 6,4%.
