China intensifica la guerra comercial con EEUU al vetar una operación de 37.000 millones

Guerra comercial

China intensifica la guerra comercial con EEUU al vetar una operación de 37.000 millones

El regulador chino ha bloqueado la compra de una empresa holandesa por parte de la tecnológica estadounidense Qualcomm.

Banderas de China y EEUU

El fabricante de chips Qualcomm se ha convertido en la primera gran víctima estadounidense de las tensiones comerciales entre Washington y Pekín. La compañía ha desistido en su intento de adquirir la firma holandesa NXP por 44.000 millones de dólares (unos 37.000 millones de euros) al no conseguir la aprobación necesaria por parte del regulador de China para la operación. El veto por parte del país asiático se entiende como una represalia por los aranceles anunciados por Donald Trump a productos chinos y, precisamente, por el bloqueo del presidente de EEUU a la compra de la misma Qualcomm por parte de Broadcom, empresa con sede en Singapur.

La compra de NXP fue acordada ya en octubre de 2016, pero quedaba supeditada al visto bueno de las autoridades reguladoras de la competencia de nueve países, entre ellos China. El plazo para lograr la aprobación finalizó en la madrugada del pasado miércoles y por el momento, Pekín no ha comunicado públicamente su decisión, por lo que se entiende que ha vetado la operación.

En los últimos meses las autoridades del país asiático han estado posponiendo la decisión de forma reiterada, lo que se achaca a la creciente disputa comercial entre EEUU y China. Qualcomm ya ha anunciado que abandona sus planes sobre la empresa holandesa, a la que deberá pagar 2.000 millones de dólares (más de 1.700 millones de euros) por romper el acuerdo de compra.

Este nuevo capítulo eleva aún más las tensiones entre las dos mayores potencias económicas del mundo, que ya había aumentado a principios de este mes, cuando entraron en vigor en EEUU aranceles a productos importados de China, principalmente tecnológicos, por valor de 34.000 millones de dólares (cerca de 30.000 millones de euros). Pekín respondió con gravámenes de igual valor, lo que llevó a su vez a Trump a amenazar con nuevas tandas de aranceles que podrían sumar un valor de 500.000 millones de dólares (427.000 millones de euros).

La tecnología se ha convertido en un campo de batalla clave en la disputa que mantienen Washington y Pekín. En marzo, Trump bloqueó la adquisición de la estadounidense Qualcomm por parte del fabricante de semiconductores con sede en Singapur Broadcom aduciendo motivos de “seguridad nacional”. Con esta veto a la que habría sido la mayor operación del sector hasta la fecha, el mandatario pretendía evitar que China pueda aventajar al país norteamericano en la industria tecnológica; impedir que sean las firmas asiáticas las que acaben fijando los estándares tecnológicos de la próxima generación de teléfonos móviles.

Qualcomm es uno de los principales competidores de la china Huawei en el desarrollo de la tecnología inalámbrica de próxima generación, conocida como 5G, por eso, pese a que la compradora no es china, este país estaba en la mente de las instituciones y los reguladores estadounidenses. El Comité de Inversión Extranjera de EEUU (CFIUS), un organismo que revisa las implicaciones de seguridad nacional cuando empresas extranjeras compran corporaciones estadounidenses, había emitido una carta a las compañías implicadas en la que mostraba preocupado por la posibilidad de que Broadcom no estuviera en un futuro dispuesta a financiar la investigación necesaria para mantener la sólida posición de Qualcomm en la tecnología 5G, perdiendo así dominio ante Pekín.

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