«Si sumamos mis votos con los de los otros candidatos que he integrado (Cospedal, Margallo…) salen unos 35.000, contra los 21.000 que sacó Soraya Sáenz de Santamaría. Mucho tiene que volcarse el resultado para que…”, calculaba este viernes el candidato a presidir el PP, Pablo Casado, en una entrevista en Onda Cero.
El aspirante y rival de la exvicepresidenta del Gobierno juega todas sus cartas, y cada vez más claramente, a lo que él mismo y su partido definieron como “pacto de perdedores”, en referencia a los acuerdos entre formaciones en el Congreso para asumir el poder en lugar de la lista más votada (en su momento el PP de Mariano Rajoy y que en este caso sería la de Santamaría, la candidata más votada por los militantes).
Sobre el expresidente del Gobierno, Casado ha insistido en su neutralidad: «Rajoy, generosamente, no ha nombrado sucesor ni ha llevado a cabo tutelas. Si lo hacemos bien el sábado, el PP va a volver a ser hegemónico”, ha confiado.
También ha vuelto a lamentar que no haya habido un debate con su contrincante, a sólo un día de que los alrededor de 3.000 compromisarios voten en la segunda vuelta de estas primarias, las primeras en la historia del PP: “Yo quería, pero en esta campaña no hemos podido debatir sobre ideas. Yo cada día he lanzado una propuesta (revolución fiscal, ley de dignidad…), hablar del procedimiento, pero creo que no conduce a nada”.
Casado insiste en que su proyecto se apoya en un “mensaje claro de integración” y en que si preside la formación quiere “confeccionar la ejecutiva con todos”.
