Las grandes tecnológicas se asoman al negocio bancario al calor de la nueva legislación

Las grandes tecnológicas se asoman al negocio bancario al calor de la nueva legislación

La nueva directiva europea de servicios de pago pavimenta el camino para la entrada de los gigantes del sector tecnológico en la banca.

Fintech

En los últimos años, los bancos han venido advirtiendo de que gigantes tecnológicos como Google, Apple, Facebook o Amazon se convertirán en sus grandes competidores. Pero lo que era hasta ahora una amenaza más o menos vaga ha empezado a ser muy real tras la entrada en vigor en enero de este año en Europa de la directiva PSD2, que obliga a las entidades a abrir el acceso de sus ingentes bases de datos de clientes a terceros (siempre con el permiso de estos clientes).

Aunque la norma todavía no está adaptada a la legislación de muchos países, entre ellos España, se espera que para 2019 sea ya una realidad palpable. La nueva directiva, que ha contado con una fuerte resistencia del sector bancario, supone la entrada en el campo de juego tanto de las pujantes fintech como de los gigantes tecnológicos. Aunque las empresas que obtengan las nuevas licencias no estarán autorizadas a captar depósitos ni a otorgar préstamos, los usuarios podrán pasar por alto a los bancos, realizando transacciones online sin tener que utilizar sus tarjetas de crédito o débito.

Los usuarios también podrán autorizar a las nuevas fintech a acceder a sus cuentas para que les ayuden a administrar sus finanzas, por ejemplo guiándoles para obtener créditos más baratos o aglutinando los datos de las cuentas de más de un banco, algo a lo que también se habían resistido las entidades hasta el momento.

Al calor de los cambios normativos, poco a poco las tecnológicas comienzan a asomarse al negocio bancario. Ya el año pasado Facebook obtuvo la licencia para operar como entidad de dinero electrónico en España. Por el momento sólo se permiten donaciones o transferencias de persona a persona, pero la nueva legislación abre el camino a nuevos pasos que podrían tener como gran protagonista al popular servicio de mensajería Whatsapp.

Mientras, en EEUU es Amazon la que comienza a planear su desembarco en la banca. Las últimas informaciones apuntan a que la empresa fundada por Jeff Bezos está en conversaciones con JP Morgan, Capital One y otras firmas para crear una cuenta de cheques para sus clientes.

El escenario parece el ideal para dar este salto: un informe de Bain & Company (‘Banking’s Amazon Moment’) tras entrevistas a más de 133.000 clientes en 22 países halló que, en la mayoría de los países, al menos la mitad de los entrevistados estaba dispuesto a comprar un producto de servicios financieros de una empresa de tecnología. Incluso una operadora como Orange se ha animado a crear su propio banco móvil, que empezará a operar en España a finales de 2019.

Sin embargo, la batalla todavía no ha terminado. El reciente escándalo de Facebook, que incluso ha obligado a su fundador, Mark Zuckerberg, a comparecer ante el Congreso de EEUU -por ahora se ha resistido a hacer lo propio ante el Parlamento Europeo-, ha dado nueva munición a la banca por la gestión que las grandes tecnológicas hacen de los datos de los ciudadanos.

“Lo que hemos visto es que estas grandes tecnológicas se ahogan ante un problema de gestión de datos personales”. Así lo señaló el presidente de la Asociación Española de Banca (AEB), José María Roldán, durante una reciente rueda de prensa. Para Roldán el caso Facebook demuestra “los retos que implica la digitalización del sistema financiero”. En ese sentido, recordó que la banca lleva años teniendo que responden a legislaciones muy estrictas en materia de seguridad de datos de sus clientes, por lo que “está mucho mejor preparada que las grandes tecnológicas para prestar servicios financieros en el mundo digital”.

Otra de las grandes críticas de la banca es que PSD2 es asimétrica, porque permite que los grupos tecnológicos combinen información de los bancos con sus propios datos de clientes para fabricar productos más personalizados, pero no da derecho a los bancos a acceder a los datos de otras empresas de la misma manera.

En esa idea abundó la presidenta de Banco Santander, Ana Botín, en unas declaraciones concedidas a Financial Times. A su juicio, la directiva europea “necesita ser revisada para la era digital”. “La teoría es buena, pero tiene que ser justa. Por el momento no es simétrica”, señaló la banquera cántabra, que aclaró que “nos gusta la competencia, pero lo que nos gusta es la competencia justa”. “Cualquiera con datos de más de 50.000 clientes debería tener las mismas normas” que los bancos.

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