El barco rescate «Lifeline» puede atracar en Malta pero con condiciones

Refugiados

El barco rescate «Lifeline» puede atracar en Malta pero con condiciones

El Gobierno en La Valeta explicó que cuatro países de la UE mostraron su disposición a acoger a los inmigrantes mientras que otros dos tienen que estudiar su participación.

Refugiados

La odisea que están viviendo desde hace varios días los inmigrantes rescatados por el barco «Lifeline» en el Mediterráneo parece que se acerca a su fin: Malta accedió ayer a que el desembarco se haga en uno de sus puertos si los refugiados son derivados a otros países de la Unión Europea (UE). El Gobierno en La Valeta explicó que cuatro países de la UE mostraron su disposición a acoger a los inmigrantes mientras que otros dos tienen que estudiar su participación. Italia y Francia, así como la ciudad estado de Berlín han manifestado su disposición. En el caso de Berlín, la administración de la capital alemana no puede tomar la decisión sin la aprobación del Gobierno federal de la canciller Angela Merkel. Además, la tripulación de la embarcación, operada por una ONG alemana, se podría ver envuelta en una disputa judicial.

En total unos 230 inmigrantes y los 17 alemanes de la tripulación vagan desde el jueves pasado ante la isla mediterránea. Los rescatistas eran cautelosos. «Estamos más que contentos de que se perfile en el horizonte una solución para este vergonzoso juego», dijo el portavoz y cofundador de la ONG Lifeline, Alex Steier, quien recordó asimismo que todavía no ha recibido el visto bueno para que el barco atraque. Los rescatistas aseguran que creerán en ello cuando estén en el puerto.

Tras casi una semana de tira y afloja diplomático entre varios países de la UE, ninguna nación se ha responsabilizado de los inmigrantes que fueron rescatados frente a las costas de Libia.

La señal de alivio para el pasaje y la tripulación llegó del primer ministro italiano Giuseppe Conte, quien tras una conversación telefónica con su homólogo maltés, Joseph Muscat, dijo: «El barco de la ONG Lifeline atracará en Malta». El mandatario indicó que espera que otros países de la Unión Europea manifiesten su intención de acoger inmigrantes.

Los rescatistas sin embargo podrían tener que afrontar ahora consecuencias judiciales. El Gobierno en Malta investiga ahora al capitán alemán del barco por haber ignorado las órdenes de las autoridades italianas en el rescate de los inmigrantes. El centro de la cuestión es dónde y bajo que órdenes actuó el «Lifeline» a la hora de rescatar a los inmigrantes.

Los italianos sostienen que Lifeline no siguió las órdenes de Roma de dejar que fuese la guardia costera libia la que rescatase a estas personas. Lifeline, por su parte, argumenta que contactó a los libios pero éstos no respondieron, razón por la que el capitán, siguiendo la ley del mar internacional, decidió rescatar a estas personas.

«De lo contrario habría incurrido en un delito (al denegar el socorro)», dijo Ruben Neugebauer, miembro de la ONG Sea Watch, que ayuda a la ONG Lifeline en el trabajo con la prensa. Además, varios países de la UE estarían incurriendo en delito al estar aceptando la muerte de muchas personas en el mar debido a la falta de coordinación.

Hasta la fecha la Guardia Costera italiana es la que coordina mayoritariamente las misiones de rescate. Pero desde el cambio de Gobierno en Roma hace un mes, se está retirando cada vez más de esta tarea.

El ministro del Interior, el ultraderechista Matteo Salivini, quiere que las ONG se marchen de la zona y los inmigrantes sean devueltos a Libia, un país en guerra civil. «Las ONG no volverán a pisar nunca más puertos italianos», subrayó el también líder del partido xenófobo Liga. «Nuestros puertos están abiertos para mujeres y niños que realmente huyen de guerras, pero para el resto no», dijo.

En cierto modo se repite con el «Lifeline» el mismo escenario vivido hace dos semanas con el «Aquarius». Tanto Médicos Sin Fronteras como SOS Méditerranée, las ONG que gestionan el «Aquarius», informaron que se les ha prohibido entrar en el puerto de La Valeta para cambiar la tripulación. Ahora se dirigen hacia Marsella, en Francia. «Todas estas idas y venidas nos mantienen durante un periodo largo alejados de la zona de rescate», tuiteó SOS Méditerranée.

De acuerdo con las cifras de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) cerca de un millar de inmigrantes han muerto al intentar cruzar el Mediterráneo. Muchos consideran poco probable que los inmigrantes dejen de arriesgar su vida para cruzar el Mediterráneo aunque sepan que ya no hay rescatistas privados. Sobre todo porque en Libia las torturas, las violaciones y la esclavización están al orden del día. «Se suicidarían antes de quedarse en Libia», dijo Manuel Sarrazin, diputado del partido ecologista alemán Los Verdes, tras visitar el «Lifeline».

Italia sigue una doble estrategia: a las ONG las califica de «pseudo traficantes», mientras la Marina, los barcos de la guardia costera o los buques comerciales pueden hacerse cargo de inmigrantes. Pero se retrasa el atraque, lo que hace la situación aún más compleja para los debilitados inmigrantes. El carguero danés «Alexander Maersk» recibió el permiso de atracar en Sicilia cuatro días después de haber rescatado a los inmigrantes.

En la noche del martes, el barco llegó a Pozzallo. Y al menos allí hubo una buena noticia: uno de los jóvenes que descendió por la escalerilla del barco pudo ver en tierra a su madre y su hermana de dos años esperándoles. Ellas fueron llevadas a tierra el sábado, tras haber sido rescatadas, según relató el médico Vincenzo Morello.

Más información