El ladrillo ya es la segunda inversión de los ricos europeos

El ladrillo ya es la segunda inversión de los ricos europeos

La inversión inmobiliaria pasa a ser el tercer activo favorito de los millonarios de todo el planeta, y más de la mitad recae en inmuebles residenciales.

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Las rentabilidades de las inversiones de los millonarios crecieron un 27,4% en 2017, principalmente por la renta variable y los bienes inmuebles. No en vano el ladrillo se ha convertido en el tercer mayor tipo de activos de las fortunas de todo el mundo y en el segundo en Europa.

De entre los cinco grandes tipos de activos financieros que distingue la consultora Capgemini en su Informe Mundial de la Riqueza, los bienes raíces son los únicos que aumentan su peso dentro de las carteras de los más ricos: un 2,8% en un año, hasta alcanzar el 16,8% de los activos financieros globales y sólo por detrás de las acciones y el efectivo.

En Europa, aquellos que acumulan una riqueza neta superior al millón de dólares (excluyendo primera vivienda, bienes de consumo duradero o colecciones de valor) aún se inclinan más por esta vía: la inversión en inmuebles es el segundo mayor cajón de inversión en el continente, sólo por detrás de las acciones.

“La inherente iliquidez de los bienes raíces puede ofrecer al menos una explicación para su crecimiento, porque se requiere más tiempo para vender y comprar activos tangibles”, razona la consultora. No obstante, apunta que otro motivo es el simple interés que despiertan los activos de ladrillo entre las grandes fortunas.

Más de la mitad de estas inversiones en ladrillo se quedan en inmuebles residenciales y también Europa se desmarca con casi el 55% de estos activos en residencias. El siguiente mayor destino de las inversiones en suelo y construcciones se queda en inmuebles comerciales (excluidos los hoteles, que son una de las siguientes grandes inversiones).

Este reparto también va por edades: según los datos de Capgemini, la tendencia lleva a los ricos mayores de 60 años a invertir en inmuebles residenciales casi en un 64% de sus carteras de bienes raíces. Ese porcentaje cae al 40% en el caso de los menores de 40 años. Por el contrario, las fortunas más jóvenes son más propensas a invertir en activos inmobiliarios comerciales que sus contrapartes mayores.

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