El saldo de una crisis: los jóvenes doblan su peso entre la población más pobre

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El saldo de una crisis: los jóvenes doblan su peso entre la población más pobre

Un estudio cuestiona la recuperación económica y constata que la población con menos renta ha crecido un 22% mientras las clases medias- altas han caído un 19%.

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¿Qué datos separan a la España de 2007 de la de una década después? La pregunta inabarcable del millón tiene hoy otro paquete de respuestas: hemos recuperado los niveles de renta per cápita y ha caído el desempleo, pero la población se ha desplazado masivamente desde los grupos con mayores ingresos a los más desfavorecidos.

La llamada clase media- alta se ha reducido un 19% en esta década, mientras el grupo de personas en situación de pobreza ha aumentado un 22%. Así lo constata el profundo estudio Oportunidades de empleo y renta en España 2007-2016, de la Fundación Ramón Areces y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE).

Pero esa caída en la escala de la riqueza ha sido aún peor para los jóvenes: los menores de 30 años han duplicado su peso en el grupo de la población con menos recursos. En 2007, ese segmento más pobre estaba conformado en un 21% por jóvenes. Diez años más tarde (en 2016) representan más del 45%.

La entrada en los ‘infiernos’ no se da sin una expulsión en las alturas: hace diez años el 16,5% de la población con más renta eran jóvenes, y ahora solo son el 4,8%.

Esta monografía analiza el impacto de la crisis en el empleo y la renta, así como la evolución durante los primeros años de recuperación. Y destaca su pretensión de aplicar una perspectiva novedosa: tratando de estimar cómo han variado en estos ámbitos las oportunidades de los distintos grupos sociales, según su edad y la comunidad de residencia.

Por ejemplo, entre sus datos destaca que Cataluña ha registrado una caída del 40,7% en el porcentaje de los hogares de clase media y un aumento del 51% en el de los más pobres. «La recuperación económica no está consiguiendo devolvernos a la situación anterior a la crisis. Las mejoras en la renta per cápita y el nivel de empleo esconden una enorme desigualdad«, expresa el estudio.

Los autores del informe, la investigadora Carmen Herrero y Antonio Villar, y el economista Ángel Soler, destacan las graves consecuencias que ha tenido la crisis entre los grupos de población más joven, cuya recuperación se está produciendo mucho más lentamente que en las personas de mayor edad.

“La renta y el empleo son dos aspectos esenciales del bienestar material de los ciudadanos y han evolucionado de forma diferente durante el periodo considerado. La crisis ha supuesto una caída en el empleo muy superior a la de la renta per cápita y el cambio de tendencia también muestra un mejor comportamiento de la renta media que del empleo. En particular, el desempleo de larga duración está manifestando una enorme resistencia a disminuir”.

El estudio se centra en tres momentos del tiempo de especial significado: 2007, que es el año del comienzo de la crisis, 2013, que representa el nivel más profundo de la misma, y 2016, que corresponde a los últimos datos disponibles y supone una nueva fase del ciclo.

Los datos evidencian que en 2016 las oportunidades de empleo eran un 20% peores a las que había en 2007. En el caso de los menores de 30 años, ese deterioro de las condiciones de empleo alcanza el 40%.

En 2007 casi el 50% de los menores de 30 años tenía trabajo indefinido, mientras que en 2016 este porcentaje no llegaba al 30%.

¿Y por Comunidades Autónomas?

En general, las oportunidades de renta para el total de la población han caído 15 puntos porcentuales, aunque el desplazamiento hacia grupos más pobres se haya ensañado con los jóvenes. “Nos encontramos ante un problema, no tanto de nivel, sino de aumento de la desigualdad en la distribución de la renta, en la que los grupos menos favorecidos han aumentado y la representación de la clase media se ha reducido en favor de la más pobre”, apuntan los autores.

Por regiones, Andalucía, Canarias, Castilla-La Mancha y Extremadura son las que sufren los impactos más destacados de la crisis sobre el mercado laboral y además son las que muestran tasas de recuperación más débiles: según los parámetros de este informe, sus condiciones laborales cayeron más de 35 puntos en 2013 con respecto a 2007, y todavía en 2016 se situaban más de 25 puntos por debajo.

Les siguen la Comunitat Valenciana y Murcia, que también han sufrido un fuerte impacto aunque con mayor capacidad de recuperación. Al otro lado, Cantabria, Madrid, Navarra, País Vasco y La Rioja “presentan los mejores comportamientos tanto en términos de capacidad de absorción del impacto de la crisis (menor deterioro de su mercado laboral) como en términos de su capacidad de recuperación (resiliencia)”.

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