La explotación laboral detrás del iPhone, el Kindle o la PlayStation

Explotación laboral

La explotación laboral detrás del iPhone, el Kindle o la PlayStation

La empresa taiwanesa Foxconn es uno de los principales proveedores de gigantes como Apple, Amazon y Sony, pese a que ha reconocido violaciones de los derechos de los trabajadores.

Iphone

Muchos de los dispositivos tecnológicos más vendidos, como el iPhone, la PlayStation, la Xbox o el Kindle, están ensamblados por la misma compañía, la taiwanesa Hon Hai Precision Industry, más conocida como Foxconn, que es realmente el mayor fabricante de teléfonos móviles y componentes electrónicos del mundo. Esta compañía ha sido acusada en múltiples ocasiones de explotación laboral en las fábricas que tiene en China, la última vez, este mismo domingo.

Según una investigación de la organización China Labor Watch, la factoría de Foxconn en la localidad de Hengyang, donde se fabrican principalmente productos de Amazon (el libro electrónico Kindle, el altavoz inteligente Echo o las ‘tablets’) viola los derechos laborales de sus empleados, a los que obliga a trabajar durante largas jornadas por unas nóminas excesivamente bajas.

El grupo de activistas envió a varios investigadores a la planta desde agosto de 2017 hasta abril de 2018 y descubrió que los trabajadores “acumularon más de 100 horas extraordinarias durante la temporada alta”, e incluso hubo alguno que tuvo que trabajar durante 14 días consecutivos. “Como los salarios son bajos, los trabajadores dependen de las horas extraordinarias para ganar lo suficiente para mantener un nivel de vida decente” explica la organización, que señala además que “a pesar de eso, la fábrica reduce las horas extraordinarias de los trabajadores como una forma de castigo a aquellos que se ausentan o tienen ausencias injustificadas”.

Además, los trabajadores temporales constituyen, según China Labor Watch, más del 40% de la fuerza de trabajo, muy por encima del tope del 10% que permiten las leyes chinas. Estos empleados sufren peores condiciones en sus contratos que los fijos.

Por otro lado, la organización, que incluye en su información fotografías de las instalaciones para probar sus acusaciones, se encontró con que las condiciones de seguridad del área del dormitorio y los despachos eran insuficientes. A todo ello habría que sumar “una administración estricta que somete a los trabajadores a abusos verbales” y la ausencia de sindicatos.

Amazon ha asegurado al respecto que completó una auditoría de la fábrica en marzo y, tras descubrir algunas de estas violaciones a los derechos laborales, solicitó a Foxconn que lo remediara. “Inmediatamente solicitamos un plan de acción correctivo de Foxconn detallando su plan para remediar los problemas identificados, y estamos llevando a cabo evaluaciones periódicas para monitorear la implementación y el cumplimiento de nuestro código de conducta para proveedores”.

Pero la explotación laboral en la fábrica de Hengyang no parece una sorpresa. Hace tan solo unos meses, en noviembre, el periódico Financial Times publicó un reportaje en el que reveló que Foxconn había estado empleando a estudiantes de forma ilegal para poder satisfacer la demanda de Apple en la fabricación del iPhone X, el último modelo del ‘smartphone’ de la compañía de la manzana mordida.

Según el diario británico, hasta 3.000 estudiantes trabajaban en la fábrica. El medio habló con varios de ellos, que aseguraron que estaban allí once horas al día y que su escuela les exigía trabajar en la factoría durante tres meses para poder graduarse.

Tanto Apple como la empresa taiwanesa reconocieron que habían descubierto casos de estudiantes internos que trabajan horas extras y aseguraron que estaban tomando medidas correctivas. Sin embargo, ambas empresas defienden están trabajando allí de forma voluntaria. “En el curso de una reciente auditoría, Apple descubrió algunos casos de estudiantes en prácticas que trabajaban horas extras en la fábrica de un proveedor de Apple en China. Hemos confirmado que esos estudiantes trabajaron voluntariamente y fueron remunerados, pero no se les debería haber permitido trabajar horas extras”, aseguró entonces la compañía estadounidense, que apuntó además que “cuando descubrimos que a algunos estudiantes se les permitía trabajar horas extras, tomamos medidas de inmediato. Un equipo de especialistas está ya en esa fábrica, trabajando con el equipo directivo de la misma para poner en marcha sistemas que garanticen que se cumple con los estándares establecido”.

La empresa fue acusado de algo similar ya en 2012, en este caso por la fabricación de la videoconsola PlayStation 4. Según varias informaciones, un millar de estudiantes de una universidad tecnológica de China fueron forzados a trabajar durante dos meses completos en la fábrica para obtener sus diplomas. Ese mismo año, centenares de trabajadores de Foxconn que se dedicaban a la fabricación del mayor rival de la PlayStation, la Xbox 360 de Microsoft, amenazaron con un “suicidio masivo” si la compañía no atendía a sus reclamaciones de mejora de las condiciones laborales.

Los suicidios e intentos de suicidio estuvieron a la orden del día en las fábricas de la empresa taiwanesa al menos durante los años 2010 y 2011, según apuntan también varias informaciones.

Hace un año, un periodista de otro medio, The Guardian, logró entrar por primera vez al corazón de la fábrica de Foxconn en Shenzhen, la más importante, donde recabó un gran número de testimonios de empleados: jornadas de más de 12 horas, trabajadores que ensamblan más de 1.000 teléfonos al día o accidentes laborales que nunca llegan a hacerse públicos son algunas de las revelaciones.

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