El Gran Salto Digital de China podría estar aún por llegar

Economía Digital

El Gran Salto Digital de China podría estar aún por llegar

El auge de gigantes digitales procedentes de China como Baidu, Alibaba o Xiaomi podría ser tan solo la avanzadilla de una nueva ronda de desarrollos de alta tecnología, según argumenta un estudio

China

En la carrera internacional de la innovación, el auge de gigantes digitales procedentes de China como Baidu, Alibaba o Xiaomi han situado a los ojos del mundo al gigante asiático como un líder en este ámbito. Sin embargo, un estudio del Instituto Bruegel señala que las estadísticas internacionales que sitúan a China como líder de exportación en bienes y servicios digitales ocultan que el país está aún lejos de haber alcanzado todo su potencial en este ámbito. De hecho, según argumenta los autores de esta investigación, Alicia García-Herrero y Jianwei Xu, si se tiene en cuenta el tamaño total de la economía del gigante asiático, el peso de su sector digital es menor del que le correspondería según el promedio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Un descubrimiento que puede parecer contradictorio con la percepción global, pero que se explica en gran parte por las diferencias entre regiones.

De esta forma, mientras que, por ejemplo, ciudades como Beijing, Guangdong o Shanghai superan ampliamente el promedio de la OCDE; el bajo desarrollo digital de provincias como Tibet, Yunnan o Guizhou lastran el promedio del país. Y es que hay que tener en cuenta que aún persisten grandes diferencias en el grado de desarrollo de las diferentes zonas del país y, por ejemplo, la renta media de la población rural del gigante asiático en 2016 aún fue de unos 8.123 dólares.

Una paradoja que hace también que las grandes ciudades chinas tengan un alto porcentaje de su población empleada en actividades relacionadas con las TIC ya que en Guangdong es del 7,9%, en Shanghai del 8,2% y en Beijing del 8,4%; figuras todas ellas por encima del promedio de la OCDE. De hecho, si tan solo se tuviese en cuenta el promedio de empleos digitales en las áreas urbanas, la cifra sería de un 4,53% respecto al total de los puestos de trabajo existentes; una cifra también por encima de la media del club de países más desarrollados.

Por el contrario, en regiones como Tibet o en Guizhou dicho promedio es inferior al 0,1%. Pero esta no es la única explicación que hay detrás de este descubrimiento sobre el decalaje chino en el ámbito digital que los propios autores del estudio señalan como chocante.

Así, hay que tener en cuenta también que si bien las magnas cifras de exportaciones del gigante asiático relacionadas con el ámbito de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) contribuyen a esa imagen global de potencia digital de China, gran parte de las mismas generan su valor añadido desde terceros países. Es el caso de productos como computadoras o teléfonos móviles que, aunque son ensamblados y exportados desde China, solo contabilizan la mitad de su valor añadido en este país.

Además, gran parte de la actividad relacionada con la economía digital en el gigante asiático se concentra aún en su mayoría en actividades de manufactura de productos de electrónica, computación o de telecomunicaciones de tal forma que suponen el 55% del valor añadido en este sector de las TIC.

Por el contrario, las actividades relacionadas con los servicios en este ámbito, es decir, aquellas que implican una transición hacia una economía de mayor valor añadido, son aún el 45%.

Con todo, este mismo estudio apunta otra serie de indicadores que mostrarían que la situación descrita ha empezado a revertirse. Así, por ejemplo, García-Herrero y Xu señalan que la productividad en el conjunto del sector chino de las TIC es 1,8 veces más alta que la productividad laboral media del país, mientras que en la OCDE ese ratio es de 1,6. Es decir, la economía digital del gigante asiático ya contribuye más a su crecimiento económico de lo que lo hace en el conjunto de los países más desarrollados.

Asimismo, ambos autores también que su estudio puede estar infravalorando el rápido desarrollo que el sector ha tenido en el gigante asiático durante los últimos años, ya que no han podido recurrir a datos actualizados que a su vez fuesen homologables con los de diferentes países de la OCDE, como requerían para concluir su estudio.

Y, aunque, ello no impide concluir a García-Herrero y Xu que, efectivamente, el sector digital chino está aún por debajo del promedio de la OCDE tanto en términos del porcentaje de empleo como del valor añadido que aporta al conjunto de economía en términos relativos, inciden también en que el gigante asiático está estrechando el diferencial de desarrollo de sus sectores digitales.

Una situación que no hace más que reforzar la idea del inmenso potencial de crecimiento del país en este ámbito. En primer lugar, tan sólo por el gran tamaño que mantiene aún la actividad rural en el conjunto de la economía del país, conforme avance el proceso de urbanización, la digitalización del conjunto de su economía aumentará de forma natural.

Una tendencia que podrá verse acentuada de manera especial si esas ciudades y regiones líderes con las que China ya cuenta generan un efecto de goteo sobre otras zonas del país.

Finalmente, la alta productividad laboral relativa del sector implica que este cuenta con una mayor capacidad que otros sectores de impulsar la economía del gigante asiático, con lo que cabría esperar un impulso que genere una nueva ronda de desarrollos de alta tecnología.

Más información