«Más subidas en el precio de la vivienda solo serán positivas para la especulación»

«Más subidas en el precio de la vivienda solo serán positivas para la especulación»

La estadística del Colegio de Registradores constata la influencia de los fondos de inversión en el 'calentamiento' del mercado inmobiliario.

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El aumento de compraventas y la subida de precios de la vivienda son buenas noticias para el sector hasta que dejan de serlo para casi todos: en el primer trimestre de 2018 se vendieron un 15,2% de inmuebles más que al cierre de 2017, con un aumento de precios del 9,4%. Y lo que a priori era “dinamización” del sector suena a evocación de un mal sueño muchos expertos. ¿Dónde está la línea entre recuperación y burbuja?

El Colegio de Registradores analiza con preocupación las consecuencias del aumento de precios “insostenible” y duda de las veces que el sector puede tropezar en la misma piedra: “El mercado es de suponer que ha aprendido la lección”, confía el cuerpo de registradores, y apuntan que si bien “el precio de la vivienda puede subir y puede bajar”, el entorno económico no es tan favorable “como para consolidar niveles de precios sobre activos de largo plazo con los actuales ritmos de crecimiento”.

Sus datos constatan que los precios de la vivienda han crecido un 4,5% en un solo trimestre, elevando la tasa interanual a niveles próximos al 10%: “Traslada con ello una presión al mercado desde el punto de vista de las expectativas”, explican, porque “de ningún modo puede generalizarse en la consideración del comportamiento del mercado inmobiliario”.

«El empleo está en proceso de recuperación, pero todavía con tasas de desempleo comparativamente muy elevadas. Los salarios no acaban de crecer, dando lugar a niveles de accesibilidad que no pueden soportar importantes crecimientos de precios de la vivienda», explica la estadística trimestral.

Admiten que los aumentos en ventas y en precios suelen dibujar “expectativas favorables que dinamizan el mercado”. Pero “niveles de crecimiento como los que se están alcanzando pueden provocar precisamente lo contrario, dando lugar a un efecto expulsión del mercado a agentes demandantes que no pueden acceder a determinados niveles de precios”.

El mercado se asemeja actualmente a los datos de 2005 y 2011, pero son más parecidos a los números del meollo de la burbuja en el caso de la vivienda usada: con su “espectacular recorrido” según los registradores, cerró el primer trimestre con un 15,2% de ventas más, con 106.691 operaciones. Hay que retroceder hasta mitad de 2007 para encontrar un dato tan bollante en la segunda mano.

¿Quién compra?

Sobre quién está tirando de las ventas y también de los precios, los datos dejan señales: de las 128.990 compraventas de enero a marzo, una de cada tres se efectuó sin hipoteca.

Según declaraciones recogidas por Europa Press, ese porcentaje indica “una intervención significativa de las operaciones con recursos propios del comprador” que, a nadie se le escapa, suele ser mucho más usual en caso de compradores que son empresas, fondos y demás inversores en ladrillo.

Ese tercio de compraventas atribuidas en buena parte a la inversión es lo que permite a muchas voces alertar de que son los fondos y entidades de capital riesgo la que están calentando el mercado de la vivienda hasta que los precios se desmarcan del escenario real que dibujan los registradores.

La estadística defiende que, de no frenarse el aumento de precios, “no sería positivo para el comportamiento futuro del mercado, salvo que fuese aprovechado nuevamente para la toma de decisiones especulativas, que derivasen en la repetición de errores cometidos en el pasado”.

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