El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, y la portavoz del partido en el Congreso, Irene Montero, han compartido en redes sociales las razones que les han empujado a comprar un lujoso chalet en la localidad madrileña de Galapagar (a 40 km de Madrid). Después del revuelo suscitado y de la supuesta contradicción discursiva de Iglesias, la pareja ha sentido la necesidad de explicarse.
“Nos hemos comprado una casa en Galapagar a 40km de Madrid, y para pagarla tenemos a medias una hipoteca de 540.000 euros que iremos pagando poco a poco durante 30 años”, comienza una carta escrita conjuntamente.
Irene Montero y Pablo Iglesias admiten que pagarán una hipoteca superior a los 1.600 euros mensuales, lejos de los 500 euros que anticipaba este miércoles el cofundador de Podemos, Juan Carlos Monedero.
“Pagaremos al mes algo más de 800 euros cada uno. Sabemos que muchas familias españolas, incluso con dos sueldos, no pueden permitirse una hipoteca así, y por eso entendemos que es tan importante defender salarios dignos para todos y todas”, explican, al mismo tiempo que relacionan la compra de un piso en el campo con los elevados precios de la vivienda en Madrid capital.
“La realidad es que nuestros sueldos nos han permitido emprender este proyecto”. No obstante, tanto Montero como Iglesias recibirán un empujón por parte de sus padres, relatan. “Irene ha necesitado para ello pedir un préstamo a su padre (mozo de mudanza)” y el de Iglesias les dejará una herencia.
El secretario general de Podemos también dispone, además del sueldo de diputado, reducido a tres salarios mínimos (cerca de 2.000 euros), del dinero que recibe por presentar Fort Apache y Otra Vuelta de Tuerka y de los derechos de autor por los libros que ha escrito.
Iglesias y Montero buscan en Galapagar la intimidad que no encuentran en la ciudad. “Para nosotros es difícil no llamar la atención desde el momento en que pisamos la calle y nos gustaría que nuestros hijos puedan vivir su infancia de la forma más normal posible”, afirman.
Un ejemplo de esa falta de privacidad es la persecución que sufren por parte de paparazzi. “Nos persiguen cuando vamos al hospital, al notario o a sacar a los perros y después venden sus fotos a Eduardo Inda”, lamentan.
“Creemos que cualquiera, por muy importante que sea su rol político, tiene derecho al menos a la intimidad de poder ir a una revisión ginecológica a un hospital público sin que le sigan y le hagan fotos”, afirman al mismo tiempo que asumen que con ellos las reglas funcionan de manera “diferente”.
En cuanto a la contradicción discursiva que achacan a Iglesias, quien hace 6 años criticó a Luis de Guindos por comprarse un ático de 600.000 euros, no reculan. “Ambos pagaremos en 30 años, algo más de la mitad de esa cantidad cada uno. Y lo pagaremos para comprar una casa en la que vivir, no con la que especular”, afirman.
“Siempre hemos afirmado que a los ministros y a cualquier cargo público hay que criticarles por sus políticas o eventualmente por su corrupción, no por gastarse su dinero en lo que quieran mientras lo hagan de forma honrada”, destacan.
