La renuncia de Cristina Cifuentes a su acta de diputada en la Asamblea de Madrid no supone únicamente su fin en la política. La expresidenta de la Comunidad de Madrd ha perdido el aforamiento que gozaba ante el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM). Y, precisamente, dos causas judiciales acechan su futuro: el de su propio máster y la trama Púnica.
A pesar de que no hay ninguna petición de imputación, Cifuentes ha tenido durante toda la legislatura la sombra del contrato de la cafetería de la Asamblea de Madrid. De hecho, en medio del escándalo sobre su máster, el juez instructor de la Púnica decidió mantener abierta la causa del presunto amaño de esta adjudicación en el Parlamento madrileño que habría beneficiado a Arturo Cantoblanco.
Las investigaciones de la Púnica apuntan que el concurso público se entregó al empresario madrileño como compensación por financiar supuestamente de manera ilegal al PP de Madrid. Y en esta adjudicación, según los informes de la UCO, Cifuentes tuvo mucho que decir. Es más, el magistrado reprochó recientemente la incompatibilidad de la expresidenta madrileña en el contrato: no podía ser parte de la mesa de contratación y del comité de expertos, tal y como sucedió.
Incluso otros implicados de este ‘caso cafetería’ han desfilado por los juzgados´. Mientras tanto, las palabras de Francisco Granados ante este mismo juez salpican a la exdirigente del PP de Madrid. En este sentido, en su declaración de febrero, el ex secretario general de los populares madrileños implicó a Cifuentes en la trama de la financiación ilegal del partido.
Sin embargo, estos no son los únicos problemas que podría afrontar Cifuentes. La expresidenta de la Comunidad de Madrid es la gran protagonista de la causa que sigue en el Juzgado de Instrucción por el escándalo de su máster ante un posible de falsedad documental. Sin ir más lejos, el director del máster ha sido imputado, así como la funcionaria que cambió las notas y una profesora de la URJC.
