Citan a Audi por sospechas de ilegalidades en sus motores

Citan a Audi por sospechas de ilegalidades en sus motores

No es la primera vez que la empresa se ve salpicada por irregularidades relacionadas con la manipulación de motores diésel.

Audi

La Oficina Federal de Vehículos Motorizados de Alemania (KBA), organismo dependiente del Ministerio de Transporte germano, anunció hoy que ha convocado a la fabricante de coches Audi a dar explicaciones sobre la presunta instalación de dispositivos ilegales en sus motores diésel. De acuerdo con la KBA, con sede en la ciudad norteña de Flensburg, la compañía que pertenece al gigante automovilístico Volkswagen es sospechosa de haber trucado un total de 60.000 vehículos en todo el mundo de sus modelos A6 y A7 con motores diésel.

No es la primera vez que la empresa se ve salpicada por irregularidades relacionadas con la manipulación de motores diésel. A mediados del año pasado, la KBA ya obligó a Audi a retirar el software ilegal que la automotriz instaló en 24.000 de sus vehículos con el objetivo de manipular las emisiones de gases contaminantes.

Según ha publicado la prensa alemana, algunos de los modelos de Audi tenían la capacidad de diferenciar mediante el movimiento del volante si estaban siendo sometidos a una prueba de laboratorio o si circulaban por carretera.

Dependiendo de si se encontraban en uno u otro escenario, el automóvil utilizaba una mayor o menor cantidad de combustible y expulsaba diferentes niveles de dióxido de carbono.

Audi y Volkswagen ya pagaron en Estados Unidos una indemnización millonaria por haber instalado un software, ilegal en ese país, en unos 83.000 vehículos con motores diésel. Con ese software se conseguían valores más bajos de emisión de gases contaminantes.

El caso costó hace dos años 1.860 millones de euros (2.084 millones de dólares) a la empresa.

El escándalo por la manipulación de las emisiones afecta mundialmente a 11 millones de vehículos del grupo Volkswagen, entre ellos autos de Audi, Skoda y Seat.

En Alemania, la imagen de los automóviles diésel pasa por su peor momento. Su mala fama no se debe solo al escándalo de manipulación, sino también a que numerosas ciudades están estudiando prohibir la circulación de estos vehículos, que emiten una gran cantidad de gases, en aras de no superar los límites de contaminación que establece la Unión Europea (UE).

Como consecuencia de ello, la venta de automóviles con motores diésel ha experimentado una notable caída en la potencia europea desde hace meses.

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