La embajada de España en La Habana ha tenido a bien obsequiar algunos textos de Don Quijote de la Mancha para que sean leídos durante las jornadas de trabajo en las tabaquerías de la isla.
Se trata de una vieja tradición en el sector consistente en la figura de un llamado lector de tabaquería que desde una tribuna lee las noticias del día y también obras literarias a los torcedores.
Tal vez, previo a la lectura de El ingenioso hidalgo, se haya dado la notificación de un telegrama enviado desde Madrid. No el par que envió mi fraterno Miguel Ángel Aguilar, que esos van por otros caminos, sino el del propio Mariano Rajoy felicitando al nuevo presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez, ese ingeniero de 58 años con raíces españolas.
Rajoy, decía el telegrama, que así lo consideró la agencia Prensa Latina, le deseaba al nuevo mandatario muchos éxitos personales y prosperidad para el pueblo cubano. Desde La Moncloa no pudo faltar ese imprescindible -y no falso- recordatorio de la fortaleza de los lazos hispano cubanos. Lo que sí muy probablemente no se les haya leído a los tabaqueros porque no fue noticia en la isla, aconteció con las declaraciones del presidente de la Asociación de Empresarios Españoles en Cuba, en las que cifraba las esperanzas de las más de 200 empresas presentes en que Díaz-Canel le imprimiera algo más de velocidad a la burocracia local a la hora de los negocios.
