El PNV y el Gobierno de Mariano Rajoy han acordado aumentar todas las pensiones al nivel del IPC (1,6%) para el año 2018 y 2019. “Mostramos así nuestra sensibilidad hacia las reivindicaciones del colectivo de pensionistas, que consideramos justas”, ha asegurado Aitor Esteban, portavoz del PNV en el Congreso.
A cambio, los nacionalistas vascos votarán en contra de las enmiendas que se presentan esta semana contra los presupuestos de Mariano Rajoy y así darán vía libre al recorrido parlamentario de las cuentas de Montoro.
Este ‘acuerdo’ llega después de una reunión que mantuvieron este martes Mariano Rajoy y Andoni Ortuzar, presidente del PNV, en La Moncloa, donde el líder de los jeltzales solicitó a Rajoy el retraso del factor de sostenibilidad y una subida de las pensiones de viudedad. Peticiones aceptadas por el Presidente del Gobierno.
“La pensión de viudedad se subiría al 56% este año para que el próximo año fuera del 60%. Además, el factor de sostenibilidad se retrasa al año 2023. Iba a entrar en 2019”, ha informado Aitor Esteban, que detalla que la subida del 3% de las pensiones mínimas se mantendrá en ese 3%.
La decisión del PNV en relación a los pensionistas es otro triunfo más de uno de los partidos más hábiles del panorama político en España. Un partido nacionalista ha conseguido subir todas las pensiones de España al nivel del IPC.
Lo hace un día después de que Ciudadanos deslizara la idea de que la intención del PNV en esta negociación presupuestaria era “romper la caja única” de las pensiones y llevarse la Seguridad Social a Euskadi. Algo que fuentes jeltzales ya negaron a EL BOLETÍN en la jornada de ayer, acusando al partido naranja de mentir “para parecer más españoles que nadie”.
La realidad es que el acuerdo entre Rajoy y el PNV es un golpe en la línea de flotación de Ciudadanos, que ha hecho del ‘antinacionalismo’ vasco y catalán su modus vivendi. Una decisión como la acordada entre PP y nacionalistas vascos en favor de todos los pensionistas de España impide el desarrollo de esa estrategia ‘naranja’.
Por otro lado, a nadie se le escapa que gran parte de esta decisión se debe también a la presión que han ejercido los pensionistas, particularmente en Bilbao, ciudad emblema del peneuvismo.
