Merkel dice ‘nein’ a Macron

Unión Europea

Merkel dice ‘nein’ a Macron

La voluntad reformista del presidente francés se encuentra, una vez más, con las reticencias alemanas a impulsar mecanismos de solidaridad en la EurozonaUnión

Angela Merkel y Emmanuelle Macron

El presidente francés Emmanuel Macron acudió este martes al Parlamento Europeo para exponer su visión de Europa. Tras los primeros ministros de Croacia, Irlanda y Portugal, se convertía así en el cuarto dirigente europeo en aceptar una invitación de la Eurocámara sobre la que su homólogo español, Mariano Rajoy, aún no ha dado respuesta.

Casi un año después de su elección y, a poco más de uno para las próximas elecciones al Parlamento Europeo, previstas para el 26 de mayo de 2019, Macron dio cuenta ante los eurodiputados de un discurso fervientemente europeísta en el que reivindicó una soberanía común, complementaria a la de los Estados miembro, pero, al mismo tiempo, alejada de los «egoísmos nacionales».

«Quiero pertenecer a una generación que defenderá la soberanía europea», enfatizó el presidente francés, para concluir su discurso. Pero además, su intervención le sirvió para reivindicar las reformas que a, su juicio, se han de impulsar desde la Unión Europea en materias como inmigración, asilo y ayuda a refugiados o economía digital en las que, apuntó, se ha de avanzar con «resultados tangibles».

Y, especialmente, en materia económica y monetaria, con la reivindicación de, por ejemplo, un gran presupuesto comunitario que permita acabar con las «divisiones norte y sur y este y oeste». Sin embargo, ese mismo día, Macron recibía un duro revés a sus propósitos cuando la Unión Demócrata Cristiana (CDU), formación de la que, ha de ser, su aliada imprescindible, Angela Merkel, presentó ante el Bundestag un documento lleno de líneas rojas.

Un aspecto que quedaba claro tan solo dos días después cuando los propios Merkel y Macron se reunía en Berlín con el propósito de avanzar en las perspectivas de reforma de la Unión Económica y Monetaria de cara a la cumbre europea que tendrá lugar a finales de junio y que se presentaba como decisiva. No obstante, quedó claro que la realidad será menos ambiciosa de lo deseado por el presidente francés.

Así, la creación de un ministerio de finanzas o de un presupuesto comunitario con capacidad de influencia macroeconómica fueron descartadas por la canciller alemana, quien también señaló que un fondo europeo de garantía de depósitos, que asegurase los depósitos de los ahorradores europeos, no será una realidad al menos hasta “un futuro distante”.

Del mismo modo, el ministro de Finanzas alemán, el socialdemócrata Olaf Scholz, en una intervención en Washington señalaba ese mismo día que no se compartirían riesgos en la unión bancaria, hasta que éstos se hayan reducido; lo que ha sido interpretado como una referencia a la situación de la banca italiana. En cualquier caso, quedaba claro que las perspectivas que se habían podido haber llegado a albergar tras la sucesión del conservador Wolfgang Schäuble eran en vano.

A principios de este año, la canciller alemana y el entonces líder del SPD, Martin Schulz, firmaron un pacto para reeditar la Gran Coalición en el que la reforma de la eurozona en sintonía con las posiciones de Macron era un aspecto central. Sin embargo, con la salida de Schulz, este aspecto no sólo ha perdido relevancia, sino que figuras clave como el propio Scholz son considerados tan escépticos como su predecesor.

Tan sólo la creación de un Fondo Monetario Europeo parece tener perspectivas de lograr un impulso decisivo durante los próximos meses tras el ‘nein’ de Merkel a las propuestas más ambiciosas de Macron quien, por el contrario sí ha cumplido con las reformas que Alemania siempre había solicitado a Francia como contrapartida, pese al rechazo interno que generan en el país galo medidas como la flexibilización de su mercado laboral.

Un cierto agravio para el presidente francés que cobra aún más fuerza si se tiene en cuenta que Macron se adaptó al calendario electoral alemán y a sus posteriores negociaciones para formar gobierno antes de buscar un verdadero impulso a sus propuestas de reforma europea. Toda una situación que a buen seguro hacen pensar a Macron en otras de las palabras que incluyó en su discurso ante la Eurocámara: «Reaparece una especie de guerra civil europea donde nuestras diferencias y egoísmos nacionales parecen más importantes que lo que nos une frente al resto del mundo».

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