La ‘gentrificación’ del fútbol: récord de ingresos y sillas vacías

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La ‘gentrificación’ del fútbol: récord de ingresos y sillas vacías

La Liga supera los 3.500 millones de ingresos. Sin embargo, la asistencia a los campos era mayor hace una década que ahora.

“¡El escudo no se toca!”, resonó el 1 de abril en el Wanda Metropolitano. Semanas antes, San Mamés (capacidad para 53.000 personas) registraba una asistencia de 30.787 espectadores para el partido que enfrentaba al Athletic Club de Bilbao con el Leganés. Estas dos circunstancias, de estos dos equipos históricos de La Liga, reflejan la deriva poliédrica que ha tomado el fútbol profesionalizado en España.

Por un lado, el desarraigo local en aras de la expansión global, por el otro, la sofisticación de una ciudadanía que cada vez tolera menos el error y el aburrimiento. Sopor, por otra parte, justificado, ante la previsibilidad de una competición que salvo excepciones genuinas (Atlético de Madrid, 2014), se ha instalado en la rutina.

Los colchoneros están viviendo algunos de los mejores años de su extensa historia. Quizá presos de ese contexto, sus dirigentes decidieron que era hora de cambiar al mismo tiempo el campo y el escudo. Abandonar la orilla del Manzanares y de Carabanchel para adentrarse en un espacio inhóspito donde no crece la hierba. Un lugar alejado del espíritu atlético llamado Wanda.

La despolitización del fútbol en aras de querer seducir a las “audiencias globales” (versión del club). La quiebra del arraigo donde los espectadores son mero atrezzo sonoro, en el mejor de los casos.

Más dinero, menos gente

El Informe Económico del fútbol profesional presentado este jueves por LaLiga revela que la compañía dirigida por Javier Tebas generó un cash flow libre de 262 millones en la temporada 2016-2017 tras realizar una inversión récord de 1.146 millones y unos ingresos por encima de los 3.500 millones.

En los últimos cinco años, la Liga ha duplicado sus ingresos por derechos televisivos, pasando de 728 millones (2011-2012) a 1.454 millones de euros. En ese tiempo, los ingresos totales de la competición han aumentado en 1.400 millones.

Deportivamente, la década no podría haber ido mejor para los intereses de España. Un Mundial (2010), una Eurocopa (2012), cuatro títulos de Champions League (Barcelona y Real Madrid), títulos internacionales de Atlético de Madrid y Sevilla y dos de los mejores jugadores de la historia, Leo Messi y Cristiano Ronaldo, frente a frente.

Sin embargo, ni el aumento de ingresos ni los éxitos deportivos se han traducido en mayor fidelidad. La asistencia a los campos de Primera División en la temporada 2016-2017 fue de 28.164 espectadores de media. Un 71,9% de asistencia media sobre la capacidad de los estadios. Lejos de Inglaterra (+90%), de Alemania (+90%) y superados por Francia e Italia.

En la temporada 2007-2008, la asistencia media fue de 29.452 espectadores (había clubes con estadios más grandes) con un 74% sobre la capacidad. Es decir, según los datos de Transfermarkt, una caída del 2,1% en la asistencia de espectadores. En ese tiempo, la Segunda División – donde existe mayor igualdad e influencia económica de los abonados sobre las cuentas del club – ha aumentado la presencia de aficionados en sus estadios en un 5,5% sobre la capacidad.

¿Por qué no aumenta la asistencia?

La Liga ha aprovechado el éxito internacional de los equipos que la componen para multiplicar sus ingresos. Para ello, ha extendido los días y horarios de los partidos. Desde los encuentros ‘clandestinos’ de los viernes y los lunes (a las 21:00), a las mañanas de los sábados y domingos, pasando por la sobremesa de ambos días (16:15).

La necesidad de acercar los partidos a varios mercados a nivel mundial ha derivado en un calendario futbolístico que no tiene días libres.

Un tesis realizada por Bermejo-Camacho, L., del Corral, J., & Gomez-Gonzalez, C. (¿Los horarios poco habituales disminuyen la asistencia en el deporte? El caso de La Liga. Journal of Sports Economics & Management), revelan la incidencia de este cambio en la asistencia de espectadores.

“Se han analizado 2.660 partidos disputados entre las temporadas 2008-09 y 2014-15. La Liga que ha visto aumentado el número de partidos en horario raro e intempestivo durante el período de tiempo analizado, refleja peores números de asistencia en estos grupos horarios”, asegura en sus conclusiones.

Además de los cambios de hora, a nadie se le escapa la crisis económica y el precio de las entradas de fútbol. España es el segundo país del mundo con las entradas de fútbol (70 euros de media) más caras. Solo Inglaterra supera esa cifra, con 74 euros. Italia también posee un elevado precio, 69 euros, mientras Francia y Alemania, países con renta per cápita más alta que España, ofrecen entradas a 37 y 31 euros de media, respectivamente.

El fútbol es política

En agosto de 2016, La Liga decidió comenzar a sancionar a los clubes que no consiguieran el 75% de ocupación en la grada opuesta a las cámaras instaladas en la tribuna principal y que se ve por televisión. El resumen de una vida expuesta a la experiencia virtual. El contexto presencial queda libre al ‘sacrificio’ (tampoco es una obligación) del aficionado.

Los clubes de Primera División ya no dependen económicamente de sus abonados y, en consecuencia, han dejado de ser prioritarios, salvo excepciones como la del Eibar o Leganés, cuyas directivas escuchan con mayor frecuencia a sus aficionados. Las explicaciones que dio la directiva del Atlético de Madrid para el cambio de escudo definen, per se, qué es el fútbol moderno.

Una búsqueda de sincronización con “los retos actuales” que hace “fácil de reproducir (el escudo)” y permite llegar a “audiencias globales”. Eufemismos que tratan de justificar el cambio de una identidad para convertirla en etérea e inocua y así expandirse, supuestamente, por el universo.

En cualquier caso, la despolitización y gentrificación del fútbol (todos los campos nuevos son iguales) no solo deriva de sus mandatarios, también de las propias ciudades, que recorren caminos paralelos. Un estadio no deja de ser el termómetro de un lugar. Desde Vallecas al Molinón pasando por el Camp Nou y San Mamés, el ejemplo más significativo del cambio que ha dado Bilbao en las últimas décadas.

El estadio nuevo del Athletic reproduce en su interior las mismas pulsiones que emana una ciudad llena de comodidades, sofisticada e intolerante al error.

La afiliación al deporte mayoritario en España está intrínsecamente unida a los contextos culturales, sociales y políticos. Sin ellos, solo quedarán logos, videojuegos e ingresos. Exclusivas, la superliga europea, y un Eibar-Alavés a las doce de la mañana para que puedan verlo en China.

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