Vivir de la pensión pública, una misión cada vez más difícil

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Vivir de la pensión pública, una misión cada vez más difícil

Las últimas reformas harán que la relación entre pensión inicial y último salario caiga en picado hasta el entorno del 60% en 20 años.

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Vivir de la pensión pública en España después de la jubilación supone un desafío cada vez mayor tras las últimas reformas aprobadas por el Gobierno. Esto es así porque a partir de 2019 comenzará a aplicarse el llamado factor de sostenibilidad de las pensiones, que adaptará las retribuciones a la esperanza de vida de los jubilados y al factor demográfico. Esto se une a la medida que ya se viene aplicando y que desvincula la revalorización anual de las pensiones al IPC.

Actualmente, España es uno de los países de la OCDE que más dinero público destina a las pensiones y en el que menos ahorro privado se mueve a dicho fin, una situación que a largo plazo se presenta insostenible, más aún teniendo en cuenta que en torno a 2050 se jubilará la llamada generación del Baby Boom y que la tasa de natalidad no para de descender.

“Los españoles deberían tomar conciencia de lo dificultoso que será mantener el poder adquisitivo actual durante sus años de retiro sin contar con un componente de ahorro privado adicional”, advierten desde el equipo de inversiones de imdi funds, del grupo Intermoney.

En este sentido, recuerdan estos expertos que “la relación entre pensión inicial y último salario (tasa sustitución) es relativamente elevada en España, pero las reformas darán un vuelco a la situación y esta relación previsiblemente caerá en picado”. De hecho, la tasa de sustitución, que ahora se sitúa cerca del 80% caerá hasta el entorno del 60% en 20 años y se desplomará por debajo del 50% allá por 2060, según los datos recogidos por imdi Funds del INE y de la Comisión Europea.

Hace unos días, el gobernador del Banco de España, Luis María Linde, alertaba en una comparecencia en el Congreso que el “envejecimiento de la población” es un “reto de primer orden” al que se enfrentan las finanzas públicas a medio y largo plazo. Tal y como ha destacado, el gasto público en “pensiones, Sanidad y cuidados de larga duración” se incrementará entre 1,5 y dos puntos porcentuales anuales durante las próximas tres décadas, hasta alcanzar un máximo del 21% del PIB en 2050.

Teniendo en cuenta todo esto, parece complicado poder mantener el nivel de vida dependiendo solo de la pensión pública, por lo que la alternativa sería buscar un complemento privado. En este sentido, los fondos de inversión son un producto de ahorro perfectamente compatible con las pensiones públicas, señalan desde imdi funds, pues, al ser vehículos de inversión a largo plazo, aunque el perfil de riesgo del ahorrador cambie con los años, se puede traspasar el dinero entre fondos sin tener que tributar por ello, o incluso elegir fondos de inversión perfilados adaptados a los distintos niveles de riesgo y horizontes temporales de los ahorradores.

Los planes de pensiones privados se antojan menos atractivos y prácticos dada la escasa rentabilidad que proporcionan. Según los últimos datos facilitados por Inverco, los planes de pensiones del sistema individual han terminado el trimestre con una rentabilidad media anual del -0,04%.

Según el Informe Anual Instituciones de Inversión Colectiva y Fondos de Pensiones de 2017 publicado por Inverco los planes privados de pensiones cerraron el ejercicio pasado con un rendimiento medio del 2,6%, poco más que la subida de la inflación (2%). A esto hay que unir la comisión media por gestión que, tras la reforma que acaba de aprobar el Gobierno, se sitúa en el 1,25%.

Un reciente estudio titulado ‘Rentabilidad de los Fondos de Pensiones en España. 2002-2017’ firmado por Pablo Fernández López, profesor del IESE, Isabel Fernández, de la Universidad de Navarra, y el investigador independiente Pablo Fernández Acín, concluye que invertir en renta variable e incluso en deuda soberana es más rentable que en un plan de pensiones. Según este informe, en el periodo diciembre 2002 – diciembre 2017, la rentabilidad del Ibex 35 fue del 226% (lo que supone un promedio anual del 8,19%) y la de los bonos del Estado a 15 años del 97% (promedio anual 4,61%). La rentabilidad media de los fondos de pensiones fue del 60% (promedio anual 3,03%).

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