Sindicatos para todo

Cataluña

Sindicatos para todo

No se entiende la participación de CCOO y UGT en la manifestación del pasado domingo a favor de los presos del procés

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No acabo de ver qué hacían las centrales sindicales, que representan a la mayor parte de los trabajadores españoles manifestándose el domingo en Barcelona exigiendo a la Justicia que ponga en libertad a los políticos presos que permanecen encarcelados por intentar furtivamente independizar a Cataluña del resto de España. A lo largo de mi vida he tenido y mantenido mucha relación con dirigentes y militantes tanto de UGT como de CCOO y siempre entendí que su objetivo lógico era unir y jamás disgregar a los trabajadores, que somos la inmensa mayor parte de los ciudadanos.

Hay algo además que no por frecuente en España deja de ser más preocupante y es la propensión de todos a entrometerse en las funciones que en un reparto lógico tienen encomendadas los demás. Lo mismo que en el reparto de poderes el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial tienen delimitados sus campos, aunque no siempre se respete, también la presencia de los sindicatos tiene sus marcos de actividad muy claros, muy definidos y suficientemente importantes como para que se respeten y a su vez ellos respeten los de las demás. Por eso no se entiende que los sindicatos se estén inmiscuyendo en el trabajo de los jueces como lo están haciendo.

Quizás podría entenderse algo mejor si se manifestasen, algo legítimo por supuesto, contra algún tipo de actuación o sentencia de carácter laboral, que es el ámbito que tienen reservado, pero que pretendan entrometerse en la actividad estrictamente política y sobre todo judicial, en absoluto. El “procés” fue una iniciativa anticonstitucional repleta de ilegalidades y violaciones de las leyes y lo que procede es dejar que la Justicia garantista que tenemos la considere. Otra cuestión es, por supuesto, que algún militante participe a título personal pero nunca como organización.

Parece que muchos afiliados a ambas centrales tanto en Cataluña como en el resto de España se han dado de baja en discrepancia por esta decisión de sus dirigentes. Y es lógico porque ante el independentismo marrullero de los políticos presos hay muchos trabajadores que discrepan. Y más cuando es elocuente que en su conjunto el secesionismo catalán rezuma actitudes discriminatorias y hasta supremacistas respecto a los demás. Sin olvidar cómo el “procés” está afectando al empleo y ahuyentando a las empresas.

El movimiento sindical en España ha perdido fuelle en los últimos años. La afiliación se ha venido reduciendo de manera imparable lo cual quizás satisfaga a algunos empresarios – desde luego no a todos – pero es preocupante para la democracia y la sociedad. Los trabajadores necesitan organizaciones potentes que defiendan los intereses y los empresarios a representantes cualificados con quien negociar. Este error de las centrales si algo conseguirá es contribuir a su deterioro.

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