Lo que la crisis se llevó… y aún no ha devuelto

Economía

Lo que la crisis se llevó… y aún no ha devuelto

El peso de los salarios es el menor de las últimas décadas y el gasto en educación, sanidad e investigación está lejos de recuperar las cifras pre burbuja.

Fotograma de "Lo que el viento se llevó".

Se cumplen diez años desde el estallido de la burbuja inmobiliaria y la consecuente crisis económica y más de un lustro desde que en España se empezó a hablar de “recuperación”. Los principales indicadores vuelven a sendas positivas, pero el ritmo es lento y el reparto desigual. ¿Qué hemos ganado y perdido en estos diez años?

Según la base de datos macroeconómicos de la Comisión Europea, AMECO, el porcentaje de riqueza que se quedan los sueldos de los trabajadores en España ha caído más de cinco puntos: en 2009, los salarios se repartían el 58,7% del Producto Interior Bruto, pero diez años después se quedan solo con el 53,9% en 2018 y el pronóstico es del 53,6% para el próximo año.

Este indicador constata que nunca antes los trabajadores españoles habían recibido una parte menor del pastel que hoy (el histórico de ANECO comienza en 1960).

Sin embargo, los beneficios empresariales y las rentas de la propiedad remontan desde hace al menos tres ejercicios a mucho mejor ritmo que los salarios: los datos de Contabilidad Nacional del INE muestran que el excedente bruto de explotación (EBE) y las rentas mixtas (beneficios y rentas), se recuperan al doble de velocidad que los sueldos.

El 2008, el estado esperaba ingresar más de 338.000 millones de euros según los Presupuestos Generales. Es un 17% más que diez años más tarde. Sin embargo, el gasto público total calculado en 2017 es solo un 2% menor que el de hace una década. ¿Pero y su distribución?

Respecto a 2008, los gastos de amortización y demás costes financieros de la deuda pública son hoy más del doble (de los 52.000 millones a los más de 110.000 millones actuales). Cada ciudadano español soporta una deuda ensuperior a 2.530 euros, frente a los 1,141 de hace diez años.

El gasto total en pensiones ha crecido más de un 30% desde 2008 y se queda con el 32% del total del presupuesto. Hace diez años necesitaba el 28%.

Los planes de estabilidad enviados a Bruselas ya vaticinaron que la inversión pública en Sanidad y Educación caerían en 2018 por debajo del 6% y el 4% del PIB respectivamente, umbrales a la baja nunca antes alcanzados por estas dos grandes patas del gasto social.

La partida estatal para sanidad, principalmente dedicada a las mutuas de trabajadores públicos, fue un 18% menor en 2017 que una década antes. Pero las transferencias a Comunidades Autónomas, competentes en la prestación sanitaria, están muy lejos de recuperarse: las regiones reciben el 65% de lo que percibían hace dos lustros con un fuerte desplome de estas transferencias en 2011.

Los presupuestos estatales para Educación tocaron fondo en 2013 y desde entonces han aumentado casi un 28%. Pero la recuperación real queda muy lejos, teniendo en cuenta que en 2008 se destinaba casi una cuarta parte más de dinero al sistema educativo que el año pasado. En concreto, la educación universitaria contaba en los PGE de 2008 con más de 350.000 millones. Hace un año eran 124.000 y los proyectos para este ejercicio se quedan en 128.000 millones, un 36% menos que antes de la crisis.

Los datos son dramáticos en Investigación, Desarrollo e Innovación: la partida ha caído cerca del 40% en una década. Además, los investigadores llevan años alertando de que la ejecución es pésima: en 2017, el Gobierno y los organismos públicos de su competencia apenas invirtieron 1.376 millones de euros de los 4.635 millones que había presupuestado el Ejecutivo para I+D+I. Supone gastar solo uno de cada tres euros presupuestados para la ciencia y marca un mínimo histórico en una cadencia que empeora cada año.

Uno de los sectores que mejor recupera sus números pre crisis es Defensa: los PGE de 2018 vaticinan dedicar al departamento de María Dolores de Cospedal casi un 11% más que hace un año, con lo que su partida es solo un 8% menor que la de hace una década.

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