Refinanciación y reunificación de créditos: cómo reorganizar tus deudas

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Refinanciación y reunificación de créditos: cómo reorganizar tus deudas

La suma de dichas deudas puede llegar a ser bastante elevada y, en ocasiones, insostenible.

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Solicitar un préstamo es un trámite por el que la mayoría de los ciudadanos se ve obligado a pasar a lo largo de su vida. La compra de una vivienda o de un inmueble suele ser una de las más habituales, aunque es frecuente contraer deudas también para la adquisición de un vehículo, para hacer una reforma, un viaje, o para la puesta en marcha de un negocio propio.

La consecuencia, en muchos casos, suele ser un sobreendeudamiento: hipotecas, tarjetas de crédito, microcréditos, entre otros, que son adquiridos y llevan consigo un elevado endeudamiento para el contrayente, unido a unas condiciones e intereses que varían en función de cada uno de los préstamos.

La suma de dichas deudas puede llegar a ser bastante elevada y, en ocasiones, insostenible. A este hecho, se une la dispersión del gasto y, como consecuencia, el escaso control sobre las cantidades y plazos en los que se ha de devolver cada deuda, así como de la fecha en la que se ha de abonar la cuota correspondiente en cada caso concreto.

La reunificación de préstamos, una vía alternativa cada vez más valorada

Ante esta problemática, los bancos y entidades acreedoras ofrecen alternativas que intentan amoldarse al contexto actual de cada caso, ya que la situación económica puede fluctuar desde el momento en que se adquirió el compromiso.

Existe una vía aun poco conocida por los ciudadanos, pero que cada vez cobra más adeptos. Se trata de la reunificación de préstamos, una opción que se presenta como una alternativa cada vez más solicitada por quienes acumulan varios créditos.

Pero, ¿en qué consiste la reunificación de préstamos? Esta alternativa propone unificar todos los préstamos e hipotecas contraídos en una sola cuota. De este modo, el deudor hace frente a dichas deudas en una única cantidad mensual, pudiendo ver así reducida dicha cuantía notablemente.

Aunque es posible realizarlo a través de una entidad bancaria, el proceso de reagrupación del pago de las deudas suelen gestionarlo empresas especializadas, también conocidas como mediadoras. Estas se encargan de reunificar los préstamos e hipotecas contraídas con los distintos bancos, así como de negociar los distintos tipos de interés.

Esta vía ofrece múltiples ventajas al usuario. En primer lugar, la reunificación de sus deudas le permite obtener una mayor comodidad al simplificar todas estas cantidades en una sola cuota, de forma que percibe un mayor control de sus gastos e ingresos.

Otro de los aspectos beneficiosos de optar por reunificar préstamos es que, al reducir la cuantía que se ha de pagar mensualmente, el usuario adquiere asimismo un mayor desahogo económico que aprecia de forma bastante inmediata.

Por otra parte, los expertos afirman que esta vía es también ventajosa a largo plazo. Según el portal Préstamo Solución, empresa especializada en reunificación de préstamos, optar por esta alternativa puede suponer un ahorro de hasta el 60 por ciento de la cuota inicial.

La compañía actúa como asesora y gestora entre las distintas entidades financieras y los usuarios que, por distintas cuestiones, tienen un gasto excesivo y a quienes les resulta difícil soportar un pago en cuotas demasiado elevado. La reunificación personalizada consigue así flexibilizar esta situación y aliviar los problemas económicos de sus clientes.

La refinanciación de deudas, la opción más común entre los usuarios

A pesar de ello, es una de las vías más recurrentes es la refinanciación de las deudas, ya que hay determinadas circunstancias en las que compensa optar por esta operación.

La alternativa de refinanciar préstamos ha sido, hasta el momento, una de las más barajadas por aquellos que contrajeron en su día una deuda que se ajustaba a su situación financiera y, sin embargo, esta realidad cambia y comprueban que no es posible cumplir con los plazos de devolución acordados inicialmente.

Uno de los escenarios más comunes en las que el usuario se decanta por la refinanciación de una deuda es en el caso de los préstamos hipotecarios. Esto se debe, principalmente, a que suelen ser deudas a largo plazo donde a este le supone un alivio económico, a lo que se suma, además, que es el propio inmueble el que actúa como garantía.

En este caso, el afectado puede recurrir a dicha operación, lo cual le permitirá pagar unas cuotas más bajas mensualmente. No obstante, el individuo deberá tener en cuenta también que esta refinanciación supone que la deuda se contraiga por más tiempo y, por lo tanto, le generará más intereses y comisiones que encarecerán el préstamo inicial.

En definitiva, como se puede comprobar, contraer deudas no tiene por qué ser una decisión irreversible de la que no hay marcha atrás, ya que existen diferentes alternativas en el mercado financiero. La solución que más se adecúe a cada caso dependerá de los plazos, comisiones y costes asociados, así como de la situación personal de cada deudor.

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