Póquer en el BCE: ¿Facilitará De Guindos el nombramiento de Weidmann?

Póquer en el BCE: ¿Facilitará De Guindos el nombramiento de Weidmann?

"Cuando se acabe el mandato de Draghi en 2019, el próximo presidente debería ser alemán", exigió ya en 2016 el actual primer ministro del estado federado de Baviera, Markus Söder.

BCE euro

Temas políticos delicados como el ataque contra un ex espía ruso centrarán la cumbre de jefes de Estado de la Unión Europea (UE) de hoy y mañana, pero los dirigentes también abordarán una decisión clave en el Banco Central Europeo (BCE) que podría marcar el rumbo de la institución en los próximos años.

El ex ministro de Economía español Luis de Guindos será designado nuevo vicepresidente del BCE tras la luz verde otorgada por los ministros de Finanzas.

De Guindos formaba parte hasta ahora del Gobierno del conservador Mariano Rajoy pero pasará a suceder al actual vicepresidente, el portugués Vítor Constâncio, cuyo mandato acaba a finales de mayo. El Parlamento Europeo criticó que con su designación el Eurogrupo -es decir, el gremio de los 19 ministros de Finanzas y Economía del euro- metía a uno de los suyos en el BCE, lo que podría poner en peligro la independencia del banco.

Pero además tiene otra consecuencia en vista del sistema de contrapesos que rige en las instituciones europeas: la presencia de un español como vicepresidente aumenta las posibilidades de que el presidente del Busdesbank alemán, Jens Weidmann, se convierta en sucesor del italiano Mario Draghi al frente del BCE.

«Cuando se acabe el mandato de Draghi en 2019, el próximo presidente debería ser alemán», exigió ya en 2016 el actual primer ministro del estado federado de Baviera, Markus Söder.

Alemania lleva tiempo exigiendo más peso en el organismo, al que critica por sus compras de bonos, el dinero barato y las tasas de interés al cero por ciento. La potencia europea ve estas medidas -consideradas fundamentales por otros países- como una forma de que sus ciudadanos paguen indirectamente el rescate de Estados endeudados y bancos en crisis en los países del sur del continente.

Se especula con que Weidmann se convertirá en sus ocho años de mandato en una especie de «anti-Draghi» que haría subir las tasas de interés y contribuiría, por tanto, a premiar a los ahorristas que tengan dinero en el banco.

Sin embargo, los partidarios de la política más dura podrían sentirse decepcionados llegado el caso, ya que aunque Weidmann nunca ha ocultado que rechaza la compra de bonos como política monetaria, no ha vuelto a hacer declaraciones explosivas como las de 2012, cuando habló de «no subestimar el peligro de que la financiación por parte del banco emisor se convierta en una adicción como una droga». De hecho, hace poco el experto dijo, por el contrario, que sigue siendo adecuado tener una política monetaria anticíclica.

Muchos factores hablan a favor de Weidmann, que cumplirá 50 años el 20 de abril: tiene mucha fama como economista y experto en política monetaria y buenos contactos políticos como ex asesor de la canciller alemana Angela Merkel.

En Alemania se argumenta además que es hora de que el principal motor europeo asuma uno de los más importantes puestos en el bloque tras los mandatos del holandés Wim Duisenberg (1998-2003), el francés Jean-Claude Trichet (2003-2011) y el italiano Mario Draghi (desde noviembre de 2011).

El país nunca ha ocupado el puesto de presidente o vicepresidente en el BCE. «El peso de Alemania en el consejo del BCE es demasiado pequeño en vista de la regla de ‘una persona, un voto'», aseguran analistas del banco UBS.

Pero, en contra de Weidmann juega el hecho de que Alemania ocupa muchos cargos de relevancia en las instituciones financieras europeas. El ex diputado liberal Werner Hoyer dirige el Banco Europeo de Inversiones (BEI), Klaus Regling el fondo de rescate MEDE, y la ex responsable de la Autoridad Federal de Supervisión Financiera (Bafin) Elke König es la directora ejecutiva de la Junta Única de Resolución (JUR), un ente de la UE que busca garantizar la resolución ordenada de bancos en crisis.

El propio Weidmann no da pistas acerca de si le interesa el puesto. Al ser preguntado por el diario francés «Les Echos» en noviembre, contestó que es «banquero, no político». Por lo demás, «el debate sobre la nacionalidad del presidente del BCE no lleva a ninguna parte…», sentenció.

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