En principio, en octubre se debería llegar a un acuerdo sobre el Brexit, pero altos funcionarios de Reino Unido reconocen en privado que será difícil que pueda cumplirse el plazo y fijan enero como fecha límite real para la firma, según publica Bloomberg, que cita personas familiarizadas con las negociaciones.
El negociador en jefe de la Unión Europea, Michel Barnier, ha insistido siempre en que quiere que el acuerdo por el que Reino Unido abandona el bloque común se complete en octubre, de modo que haya tiempo suficiente para que sea aprobado por los parlamentos europeo y británico. El secretario del Brexit, David Davis, ha indicado en público que el calendario podría variar un poco.
La fecha del acuerdo es más importante de lo que podría parecer en un primer momento, ya que cualquier demora prolongaría la incertidumbre de unas empresas que necesitan saber cuáles serán los regímenes comerciales bajo los que operarán en el Brexit en marzo de 2019.
Además, cuanto más se atrase el acuerdo menor será el tiempo para que los legisladores, tanto británicos como europeos, puedan analizarlo antes de reafirmarlo o rechazarlo. Se les ha prometido un “voto significativo”, pero si sólo hay dos meses hasta el día de divorcio, la votación se convertirá en poco más que una decisión de ‘tómalo o déjalo’, señala la agencia estadounidense.
Por otro lado, cualquier acuerdo sobre el período de transición, en el que las empresas confían para suavizar el impacto del Brexit, no será legalmente vinculante hasta que se firme el acuerdo final. Reino Unido espera lograr un acuerdo sobre ese período de gracia en una cumbre que se celebrará este mes, pero será un compromiso político que solo se formalizará en el acuerdo final.
