No solo el salario: las otras brechas económicas que segregan a las mujeres

Huelga feminista

No solo el salario: las otras brechas económicas que segregan a las mujeres

Pensiones más bajas, tasa rosa, pobreza, parcialidad y temporalidad en el empleo, cargas familiares. El salario bruto no es la única medida de la desigualdad económica por género.

Feminismo mujer

Hasta este jueves 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, se ha escrito casi todo sobre la brecha salarial en España. Pero ese 30% menos entre las rentas globales de las mujeres y los hombres no es el único escalón que reserva el mercado laboral y el sistema económico a las mujeres.

En primera lugar, la brecha salarial entre hombres y mujeres en España se hace más pronunciada tras la jubilación, disparándose hasta el 38% tras salir del segmento de trabajadoras activas, según datos recientes de UGT.

En la Comunidad de Madrid, los hombres cobran de media 500 euros más de pensión de jubilación que las mujeres, lo que supone una brecha de género del 35%, según el mismo sindicato. Estos números revelan que en la región que gobierna Cristina Cifuentes, que no respalda la huelga feminista de este 8M, una mujer tiene que trabajar nueve años más para cobrar la misma pensión que un hombre.

Sin salir aún del mercado laboral, una mujer tiene casi cuatro veces más posibilidades de tener un trabajo parcial que un hombre. En España, el 25% de las mujeres trabaja a jornada parcial, frente al 7% de los ocupados varones, y las mujeres ocupan tres de cada cuatro empleos que no alcanzan la jornada completa. Y las noticias recientes no son buenas: la tasa de parcialidad laboral aumentó en 2017 para ellas mientras se redujo por encima del 5% para ellos.

No trabajan más horas “porque prefieren cuidar de sus hijos”, decía ayer el presidente del Círculo de Empresarios. Pues bien, la realidad es que de todas las personas que trabajan a jornada parcial porque no han encontrado un empleo a tiempo completo, el 70% son mujeres. La diferencia por sexos es considerablemente menor si el motivo de la jornada parcial es seguir cursos de enseñanza o formación. El número de mujeres que trabajan a tiempo parcial y buscan un trabajo a jornada completa es un 50% más que el número de hombres en la misma situación.

A su vez, ellas son más del 95% de los asalariados a tiempo parcial que mantienen ese tipo de jornada por tener que cuidar de niños o de adultos enfermos, incapacitados o de personas mayores. Y solo un 2% de los hombres se queda con el periodo de baja por maternidad intercambiable con el padre.

Las mujeres ocupan el 70% de todo el empleo temporal que se creó en 2017 y más de un 30% de los contratos temporales firmados por mujeres son de una semana o menos de duración, algo que le ocurre al 27% entre los hombres.

En cuanto al techo invisible que no deja llegar a los puestos con más poder, solo un 23% de los puestos directivos del Ibex son mujeres. Y en 2014 eran solo el 16%. Datos que se repiten en la mayoría de los sectores: instituciones públicas, consejos de administración, dirección y gerencia. Por ejemplo, 7 de cada 10 directivos de RTVE son hombres, y ellos son tres veces más en los comités de expertos del Gobierno.

Los subsidios por desempleo también evidencian la desigualdad. Más del 60% de los hombres desempleados cobran una prestación, pero solo el 50,8% de las mujeres paradas la percibe.

Fuera del mundo del trabajo, les espera la llamada ‘tasa rosa’, es decir, aquellos productos que son más caros solo porque se dirigen al público femenino. Los productos de perfumería y belleza femeninos son un 11% más caros que sus correspondientes versiones masculinas. Y las máximas diferencia se encontraron por norma en los productos faciales, donde hay cremas hidratantes femeninas hasta un 89% más caras que las destinadas a los hombres.

Esta misma semana la organización de consumidores Facua ha denunciado cómo unas cuchillas «para mujeres» idénticas al resto son hasta un 171% más caras. En la misma línea, las mujeres sufren un IVA de ‘lujo’ en productos de higiene como compresas y tampones que son de primera necesidad. Este año, sólo Canarias ha salido del territorio que grava las compresas al mismo nivel que el caviar, con un 10% de impuestos directos.

Casi un tercio de las mujeres españolas en edad laboral están en situación de pobreza o exclusión social, y entre ellas las más vulnerables son las más jóvenes, las que no tienen estudios y las desempleadas de larga duración con cargas familiares non compartidas. La crisis ha hecho que la brecha de pobreza entre mujeres y hombres disminuya, pero no por la mejora de la situación de ellas, sino por los peores datos para toda la población.

Según datos del INE, hasta el 42% de los hogares monoparentales con hijos a cargos está en riesgo de sufrir pobreza. Más del 80% de esas familias vulnerables tienen al frente a una mujer.

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