Leguina cree que las mujeres cobran menos porque son «más agradables»

Brecha salarial

Leguina cree que las mujeres cobran menos porque son «más agradables»

El expresidente de la Comunidad de Madrid cree que, en general, las personas agradables cobran menos porque "les cuesta" pedir aumentos.

gallardon gonzalez leguina aguirrre

Al expresidente de la Comunidad de Madrid Joaquín Leguina no le gusta la “brocha gorda” para analizar las desigualdades salariales entre mujeres y hombres. En la víspera de la huelga feminista del 8 de marzo, pide analizar más variables que la del “sexo”. Por ejemplo, el hecho de que las mujeres son “más agradables”.

“Las personas agradables cobran menos que las personas desagradables. Les cuesta más pedir un aumento de sueldo. Triste pero cierto. Y resulta que, de media, las mujeres son más agradables que los hombres. Esto produce un sesgo a favor de los hombres, que no es fruto de ningún prejuicio machista”, reivindica Leguina en una columna en El Economista.

“Si acaso es una injusticia con las personas amables del sexo que sean”, remacha. También cree que la brecha se debe a “los intereses: a los hombres les interesan más las cosas y a las mujeres, las personas. Y las profesiones relacionadas con las cosas están mejor pagadas que las profesiones relacionadas con las personas. Ejemplos: Ingeniero y enfermera. Banquero y maestra», escribe.

También critica que la brecha salarial basada en el salario medio de las mujeres “no explica nada”. Solo admite que “existe discriminación cuando a horario, nivel profesional, dedicación, antigüedad… iguales en varones y mujeres, éstas cobran menos precisamente por ser mujeres”.

«La edad es una variable, pero la más importante son los intereses. Un dato contracorriente: las mujeres solteras de menos de 30 años cobran más que los hombres en esa misma franja de edad”, expresa el expresidente madrileño por el PSOE.

“Por lo tanto, si se quiere combatir esa discriminación salarial, lo primero que es necesario hacer es analizar el asunto con bastantes más criterios que la brocha gorda”, concluye.

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