¿Se han convertido los bancos en ‘yonkis’ de los programas de estímulo del BCE?

Bancos centrales

¿Se han convertido los bancos en ‘yonkis’ de los programas de estímulo del BCE?

En la semana terminada el 9 de febrero, el BCE adquirió cédulas hipotecarias por valor de 1.350 millones de euros.

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Cuando se habla del programa de compra de activos del Banco Central Europeo (BCE), la mente suele irse a la deuda soberana o los bonos de las grandes empresas, pero la institución que preside Mario Draghi también adquiere, aunque en menor medida, títulos como las cédulas hipotecarias, claves para la financiación de los bancos del Viejo Continente.

El mercado había temido que la reducción de las compras de activos a la mitad que ha llevado el BCE desde el mes de enero afectase a las cédulas hipotecarias, pero los últimos datos publicados por la institución parecen mostrar que estos temores eran infundados, con los hombres de Draghi manteniendo el ritmo por el momento.

En la semana terminada el 9 de febrero, el BCE adquirió ‘covered bonds’ por valor de 1.350 millones de euros, continuando con las fuertes compras de enero, que ascendieron a 3.400 millones de euros, un 11% del total desembolsado dentro de la quantitative easing (QE). “El BCE aún estará muy presente en los bonos garantizados”, señala en declaraciones a Reuters un banquero que considera que la deuda soberana probablemente sí será testigo de una reducción en las compras.

El apoyo del BCE, en algunos casos, ha sido clave para lograr que se cumplieran los objetivos de emisión más fácilmente. Por ejemplo, en las emisiones de Caffil –en tramos de 15 y 20 años- y de Credit Agricole Cariparma a 20 años, entre un 30% y un 40% de las asignaciones fueron destinadas a bancos centrales.

Es sin embargo una espada de doble filo. Durante el pasado mes de enero el mercado primario de cédulas hipotecarias no ha visto que ninguna emisión lograra suscripciones de dos o tres veces sobre los libros. De hecho, en algunos casos fue necesario el ‘respaldo institucional’ para que las ofertas alcanzasen los 1.000 millones de euros.

“Por un lado, esto muestra que la participación del BCE es necesaria, pero por otro lado el dinero real es más vacilante”, señalan fuentes a la agencia británica. “La gente espera que los diferenciales se amplíen, por lo que no hay necesidad de apresurarse a las ofertas de enero”.

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