Aguirre ‘regaló’ durante dos años las bolsas de sangre a la Fundación Jiménez Díaz

Sanidad

Aguirre ‘regaló’ durante dos años las bolsas de sangre a la Fundación Jiménez Díaz

La Cámara de Cuentas de Madrid desvela que en 2011 y 2012 el Centro de Transfusión, sin justificar, no pasó la factura al centro por los productos hematológicos.

La Fundación Jiménez Díaz se ha convertido en los últimos años en uno de los ojitos derecho de la Comunidad de Madrid. Así lo escenifican las partidas presupuestarias iniciales, los sueldos extras, el flujo de dinero público en mitad del año y hasta a la hora de hacer pasar por caja al hospital que dirige Quirón Salud. Algo que no ha pasado por alto para la Cámara de Cuentas de Madrid que ha centrado la atención en un movimiento que realizó el Gobierno de Esperanza Aguirre durante un tiempo.

El último informe de la Cámara de Cuentas, publicado esta semana, reprende a la Comunidad de Madrid por no haber facturado durante dos años los productos hematológicos que facilitaba a la Fundación Jiménez Díaz. En concreto, el estudio reprocha que el Centro de Transfusión en 2011 y 2012 no reclamara al centro privado un total de 255.200 euros. De hecho, llama la atención que el Gobierno dirigido por Esperanza Aguirre sí que lo hizo con el resto de hospitales de gestión privada de la red pública (Torrejón, Infanta Elena de Valdemoro, Rey Juan Carlos de Móstoles y, más tarde, Hospital de Villalba).

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Asimismo, el órgano fiscalizador recalca que “no ha quedado debidamente justificado, en la documentación aportada, dicha excepción”. Más al ver que el 3 de abril de 2013 la Dirección General de Gestión Económica y Compras de Productos Sanitarios y Farmacéuticos del SERMAS comunicó al Centro de Transfusión que pasara la factura a estos centros concertados para reclamar lo entregado en ese 2013, así como “también los ejercicios no prescritos”.

Sin embargo, la excepción fue la Fundación Jiménez Díaz. Y todo “por motivos que no han quedado acreditados en el curso de la fiscalización”. De esta manera, en 2011 y 2012, cuando el Ejecutivo de Aguirre debía reclamar “la realización de productos intermedios, esto es, servicios y productos de los bancos de tejidos, actividades y servicios de hemoterapia y transfusión, servicios de unidades de referencia de enfermedades genéticas e inmunológicas solicitados por los mismos, que hasta esa fecha no eran facturados”, el centro madrileño contaba con barra libre.

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