Los beneficios de Daimler suben un 23% en 2017 pese a los escándalos

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Los beneficios de Daimler suben un 23% en 2017 pese a los escándalos

"Estamos actuando desde una posición de fuerza. Nuestra ambición no ha cambiado: Daimler está entre los mejores".

Mercedes asistente de voz

La automotriz alemana Daimler anunció hoy que cerró 2017 con una facturación récord y un aumento de sus beneficios del 23 por ciento, pese a que se vio envuelta el año pasado en escándalos relacionados con la manipulación de emisiones diésel y sospechas de haber pertenecido a un cártel automovilístico. La empresa, fabricante de Mercedes-Benz, registró en 2017 una facturación de 164.300 millones de euros (unos 204.500 millones de dólares), lo que supuso un siete por ciento más que en 2016. Sus beneficios netos ascendieron a 10.500 millones de euros, un 23 por ciento más que en el ejercicio precedente.

«Estamos actuando desde una posición de fuerza. Nuestra ambición no ha cambiado: Daimler está entre los mejores», declaró el presidente del grupo Daimler AG, Dieter Zetsche, al dar a conocer los resultados anuales.

En 2017, la compañía con base en Stuttgart vendió 3,3 millones de vehículos, un nueve por ciento más que un año antes. De su marca buque insignia, Mercedes-Benz, Daimler logró colocar en el mercado un total de 2,29 millones de unidades, logrando superar a su competidora BMW en el sector de autos premium.

Los buenos resultados de la compañía tendrán efectos directos tanto en el bolsillo de los accionistas de Daimler como en los de sus trabajadores. Los cerca de 130.000 empleados del grupo automotor en Alemania recibirán en abril una prima de hasta 5.700 euros, el valor más alto que la empresa ha concedido a su personal en toda su historia.

Los inversores, por su parte, recibirán dividendos de 3,65 euros por acción, 40 céntimos de euro más que hace un año.

Desde hace días, Daimler se encuentra en el ojo del huracán. La prensa reveló que el fabricante y sus competidoras Volkswagen y BMW participaron en experimentos con monos y con seres humanos, haciéndoles inhalar dióxido de nitrógeno (NO2) en diferentes concentraciones.

A este escándalo se suman además las sospechas de haber manipulado las emisiones de un millón de coches y de haber pertenecido a un cártel automovilístico, una especie de entramado secreto en el que varias empresas alemanas del sector automotor cerraban pactos sobre desarrollos tecnológicos, costes y proveedores.

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