Señor Presidente del Parlament de Cataluña, el aplazamiento del pleno ha sido la mejor opción, habida cuenta de la terquedad obsesiva del candidato, Carles Puigdemont, así como de la negativa a sacrificarle por parte de los grupos que le sustentan.
Escenarios alternativos, tal que el debate de investidura telemático o la aparición del candidato en carne mortal en el hemiciclo para que los mosos cumplieran la orden del juez de llevarle a su presencia, hubieran multiplicado el escándalo y generado consecuencias.
El límite para investir un Presidente es el 7 de abril. ¡Que siga el enredo!.