Triunfo de Europa

Alemania

Triunfo de Europa

Los dos partidos hegemónicos alemanes han sabido poner por deltante el interés nacional al de sus propios intereses políticos al renovar la gran coalición en Alemania.

Angela Merkel y Martin Schulz

El futuro de Europa, que cada día tiene que salvar un escollo diferente, ha dado un pequeño paso adelante con el respaldo de la socialdemocracia (SPD) a la renovación de la gran coalición en Alemania. Los Cristianodemócratas (CDU) que lidera Angela Merkel y los socialdemócratas que encabeza Martin Schulz, los dos partidos hegemónicos alemanes, es evidente que han sabido poner por delante el interés nacional al de sus propios intereses políticos. Y no era fácil.

En una situación que inevitablemente recuerda la situación en España no hace muchos meses y en el transcurso de una reunión del Congreso del Partido, celebrado en Bonn, que igualmente recordaba al que celebraron los socialistas españoles para decidir su abstención en la investidura de Rajoy, el sí a la coalición — al que se oponían los sectores más radicales de la socialdemocracia, ganó por un estrecho margen del 56 por ciento.

Schulz queda por lo tanto con las manos libres para negociar los detalles del futuro Gobierno. Durante la campaña electoral había descartado esta posibilidad pero el pragmatismo postelectoral ya es sabido que olvida enseguida las promesas. El acuerdo salva al país de unas nuevas elecciones y de un interregno que mantendría paralizada por varios meses más la actividad pública. Para Alemania es una buena noticia aunque serán muchos los que no oculten su descontento.

Pero sobre todo es una buena noticia para la Unión Europea que de este modo se beneficiará del impulso que le aportará el buen entendimiento entre Macron, el presidente de Francia, y Merkel, bien respaldada en este aspecto por Martin Schulz, un europeísta de la máxima solvencia. El recuento de los votos de los representantes socialdemócratas, después de una jornada de tensos debates, fue seguido sin respirar y recibido con gran alivio en Bruselas.

Resta por ver, naturalmente, el nuevo giro que experimentará la política alemana y su influencia en el resto de Europa. Nadie duda de partida que Schulz habrá puesto y marcará condiciones menos conservadoras que las que Angela Merkel venía propugnando a sus socios al afrontar la crisis económica. Schulz, un crítico duro de aquellas políticas, tendrá que salvar la cara dándole otra impronta y al tiempo intentar que el partido recupere su implantación electoral perdida.

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