La Fórmula 1 en 2017: con nuevos dueños, pero el mismo campeón

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La Fórmula 1 en 2017: con nuevos dueños, pero el mismo campeón

El triunvirato -un CEO, un director deportivo y otro comercial- supuso un cambio de estilo y apostó por una Fórmula 1 más cercana.

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Cambió de dueños, tuvo nuevas emociones y una intensa lucha por el título. El resultado, sin embargo, fue similar al de años anteriores: en 2017, la Fórmula 1 siguió bajo el dominio de la escudería Mercedes, que llevó a Lewis Hamilton a su cuarta corona en la categoría reina del automovilismo. Si la temporada anterior fue un duelo de «flechas plateadas» entre Hamilton y Nico Rosberg, que finalmente ganó el campeonato, este año Ferrari volvió a pisar fuerte y puso a Sebastian Vettel, su piloto estrella, en condiciones de pelear mano a mano con el británico.

Eso querían Chase Carey, Ross Brawn y Sean Bratches, el trío que reemplazó en la dirección de la gran carpa a Bernie Ecclestone, quien durante décadas mandó con puño de hierro en la categoría.

El triunvirato -un CEO, un director deportivo y otro comercial- supuso un cambio de estilo y apostó por una Fórmula 1 más cercana, que renovara su relación con el público y estuviera a tono con la época, sobre todo en medios digitales.

Pero los nuevos dueños querían, sobre todo, emoción. «Nuestro objetivo es tener más competencia los próximos años. Hoy en día bajó un poco, nos gustaría tener más pilotos y más equipos que compitan por el título», declaró el propio Carey a dpa en octubre.

En esa medida, la temporada cumplió. Aunque Hamilton ganó en el Gran Premio de México, cuando aún faltaban dos carreras para el final, Vettel fue líder en buena parte del año. El de Heppenheim no se llevó el campeonato porque su rendimiento en la primera parte del año -cuatro victorias, cuatro podios- decayó a partir de Hungría: no volvió a triunfar hasta Interlagos, ya con el británico tetracampeón.

No obstante, la suerte estaba más que echada ese fin de semana de octubre en el Autódromo de los Hermanos Rodríguez. A fin de cuentas, Vettel debía ganar y que Hamilton no quedara dentro de los cinco primeros: casi una quimera. Eso sí, hubo espectáculo: los rivales se tocaron al principio, debieron entrar a boxes y una nueva carrera comenzó, como si el Mundial hubiera estado más abierto en ese momento.

«Mama mia, eso es demasiado», dijo el alemán a su equipo, ya resignado, cuando rodaba cuarto, quedaban 13 vueltas para el final y estaba a 23 segundos del segundo lugar, que en ese momento, con Hamilton décimo, le permitía alargar la lucha. No hubo tal: el británico capturó el noveno lugar, al superar a Fernando Alonso, e inscribió su nombre en la historia grande de la categoría.

Es decir, igualó los cuatro títulos del francés Alain Prost, por lo que solo tiene por delante, al igual que Vettel, que también es tetracampeón, al argentino Juan Manuel Fangio (5) y al alemán Michael Schumacher, rey absoluto con siete coronas.

La temporada tuvo de todo: nuevas reglas que cumplieron con el cometido de disminuir el poderío de Mercedes; coches con nuevo diseño -más planos, rodando con el ruido singular de los motores híbridos-; rabietas como la de Vettel en el Gran Premio de Bakú, cuando chocó intencionalmente a Hamilton; la confirmación del finlandés Valtteri Bottas en su primer año de Mercedes; el ascenso del holandés Max Verstappen, que a sus 20 años ganó dos carreras en la temporada -Malasia y México-; y el retiro del brasileño Felipe Massa tras 16 temporadas en la Gran Carpa.

A tenor con lo que ocurrió, la próxima campaña -que comienza el 25 de marzo en Australia- promete incertidumbre y carreras abiertas. En ese orden de ideas, ¿lograrán Bottas, Verstappen y Daniel Ricciardo, con su Red Bull, entrar de lleno en la discusión? ¿Tendrá más protagonismo Alonso, aún en McLaren pero ahora impulsado con los motores Renault?

Uno de los dos, Vettel o Hamilton, puede llegar el año que viene a cinco coronas, pero también ver su reino amenazado por los que vienen detrás.

Por lo pronto, la temporada volverá a tener una cifra récord de 21 carreras, como en 2016, y una reglamentación que establece en tres el máximo de motores en todo el año e introduce el polémico «halo» como protección dentro del cockpit.

Más allá de los detalles técnicos, una gran carpa en transición buscará entregar emociones renovadas. Y quizá, ya que cambió de dueños, un nuevo campeón.

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