El fracaso de la oposición permite a Rajoy continuar en el poder

Especial 26 Aniversario

El fracaso de la oposición permite a Rajoy continuar en el poder

El presidente del Gobierno se mantiene impertérrito a pesar de todos los desafíos que ha tenido que enfrentar en este año, muchos de ellos aún por resolver.

Mariano Rajoy en el Senado

El líder del PP, Mariano Rajoy, es un superviviente político. Así se puso de manifiesto el año pasado cuando, tras repetirse las elecciones generales, logró ser investido y continuar cuatro años más al frente del Gobierno. Esta frase valdría también para este 2017. Tras estos intensos 12 meses, marcados por asuntos como el juicio del Gürtel o la crisis catalana, el jefe del Ejecutivo termina el año preguntándose “por qué no me voy a poder presentar yo otra vez” a unas elecciones. La ausencia de una oposición clara también ha ayudado al dirigente popular.

El presidente del Gobierno no descarta optar a un tercer mandato. “No he hecho nada tan malo”, aseguró Rajoy en una conversación informal con periodistas en el Congreso durante la recepción por el aniversario de la Constitución. El dirigente popular se encuentra bien, en plena forma. Además, nadie cuestiona su liderazgo. De ahí que, aunque queda bastante tiempo para unas nuevas generales, él ya se muestre dispuesto a ser el cabeza de lista.

Antes de estas palabras el jefe del Ejecutivo ha tenido que capear más de una tormenta. Por ejemplo, la necesidad de prorrogar los Presupuestos Generales del Estado (PGE). La falta de apoyos necesarios para sacar adelante las cuentas públicas ha llevado a Rajoy a aparcar este asunto hasta el año que viene. Ya en enero, el líder del PP confía en poder hablar con los grupos parlamentarios. Su objetivo, intentar convencer de nuevo al PNV. Los cinco diputados del partido vasco ya fueron claves para aprobar los pasados PGE, y serán claves para determinar el futuro de los nuevos Presupuestos.

Pero además, el juicio por la primera época del ‘caso Gürtel’ también ha marcado este 2017. A finales de julio, con media España de vacaciones y la otra media preparando la maleta, Rajoy se convertía en el primer presidente de Gobierno en ejercicio que declara como testigo en un juicio. Y lo hizo a petición de una acusación popular, la Asociación de Abogados Demócratas por Europa (Adade).

El líder del PP afirmó que “jamás” se ha ocupado de los temas económicos en el partido. Sus responsabilidades en la formación conservadora en la época que se juzga, la primera de esta trama de corrupción, no tenían nada que ver con aspectos económicos, sino con cuestiones políticas, remarcó Rajoy, que negó ante el tribunal la existencia de sobresueldos en ‘b’.

Tras más de un año y más de 120 sesiones, el juicio quedaba visto para sentencia. Ahora toca esperar. Pero la polémica sigue acompañando al Ejecutivo. El vaivén de descartes y nombramientos que recientemente ha tenido lugar en la Audiencia Nacional, y que ha acabado con el descarte en el caso de los ‘Papeles de Bárcenas’ de uno de los magistrados que citó a declarar a Rajoy por la Gürtel, Julio de Diego, ha puesto de nuevo en entredicho la independencia judicial. Y es que muchos han visto la mano del Gobierno en todo esto.

Pero Mariano Rajoy como si nada. Como él mismo suele decir: “Mi obligación es gobernar”.

Aunque no todo ha sido corrupción y tribunales. También ha tenido que hacer frente al reto independentista, que fue subiendo de tono tras el referéndum del pasado 1 de octubre. Pero el punto más álgido se produjo el 27 de ese mismo mes, cuando el Parlament de Cataluña consumó el desafío y declaró la independencia en una propuesta de resolución, votada en secreto.

La respuesta por parte del Gobierno no se hizo esperar. Menos de una hora después el Senado dio luz verde a la aplicación del artículo 155 sobre esta comunidad con los votos a favor del PP, PSOE y Ciudadanos, entre otros. Las negociaciones de Rajoy con Pedro Sánchez y Albert Rivera surtieron su efecto y estos dos partidos cerraron filas con el Ejecutivo y su respuesta ante este desafío.

El 155 implicó la disolución del Govern y la convocatoria de elecciones autonómicas antes de despedir este 2017. Una cita en las urnas de la que no ha salido muy bien parado el PP. Los populares han obtenido el peor resultado de su historia en unos comicios en Cataluña. De los 11 escaños que lograron en 2015 ahora se han quedado con tan solo tres diputados. Una debacle sin precedentes que ha situado a Xavier García Albiol en el disparadero, aunque el presidente del Gobierno ya se ha ocupado en cerrar la puerta a cualquier dimisión.

Lo sucedido en Cataluña es una importante ‘mancha’ para el líder popular en este año, aunque el presidente defiende su actual gestión en el escenario que dibujan las encuestas. La formación conservadora se mantiene como la fuerza más votada en España en todos los sondeos. La pelea es cosa de otros. En concreto, de PSOE, Unidos Podemos y Ciudadanos, que acortan o aumentan la distancia que hay entre ellos, según la encuesta que se mire. Lo único que queda claro es que el PP tendría más apoyo que nadie si ahora se celebrasen unas elecciones. Y así terminará este 2017.

Gran parte de la culpa de esta situación es de la oposición, que ha sido incapaz de hacer ‘piña’ contra el líder de los populares. Los vetos y los constantes ataques que se dedican PSOE, Podemos y Ciudadanos hacen que Rajoy siga como si nada a lo suyo.

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