El errejonismo resiste en Madrid

Especial 26 Aniversario

El errejonismo resiste en Madrid

El ex número dos de Podemos tiene ante sí otro escenario en que testar sus propuestas, derrotadas en Vistalegre II.

Iñigo Errejón, Secretario de Análisis Estratégico y Cambio Político de Podemos

De Madrid al cielo y de Vistalegre a Madrid. El posibilismo errejonista sufrió en febrero la más dura de entre las caídas más previsibles y el grito de ‘unidad’ en aquel pabellón de la capital se materializó en ‘compensación’. Demasiada sangre para Madrid, abarrotada de la transversalidad del antiguo número dos de Podemos y con ganas de que se pueda. Íñigo Errejón perdió mil batallas y la guerra completa, pero aún le queda Madrid.

Muchos asistentes al segundo gran congreso ciudadano del partido de Pablo Iglesias, Vistalegre II, imaginaron que al lunes siguiente el partido marchaba sin rencores ni purgas hacia la lucha por las necesidades de ‘la gente’.

Pero en Podemos también hay mucha gente: más de la que soportan unos cuantos asientos en la dirección de un partido-milagro, con dos años de vida y la osadía de mirar al PP a los ojos y medirse con un PSOE en plena crisis de los 40.

La división interna en Podemos fue dolorosa y la esperanza de las bases en una reconciliación sincera puro espejismo. Íñigo Errejón salió de la secretaría general y perdió la portavocía en el Congreso, el cargo que le aseguraba la mayor proyección pública posible sin ser secretario general.

Quedó al mando de la Secretaría de Análisis Estratégico y Cambio Político, pasó a sentarse una fila más atrás en el hemiciclo y a guardar fuerzas para 2019.

Porque solo unos días después, el Consejo Ciudadano de Podemos en la Comunidad de Madrid acordó ofrecerle la autonomía clave. Según el clima de Vistalegre, hasta ‘las verdades’ con que Miguel Urbán arengó a los asistentes resultaron tener más gancho que las palabras de Errejón.

Pero el exnúmero dos logró casi cuatro de cada 10 votos de las bases. Y aunque son éstas quienes aún deben votarlo como candidato regional, pablistas y errejonistas pactaron hace meses que Errejón tendría la puerta abierta a representar la pelea de Podemos para arrebatar al PP la Comunidad de Madrid.

El beneplácito de Iglesias se acompaña de la renovación del control del partido en la región. Tras la salida de Jesús Montero como líder del partido en Madrid, la dirección ha logrado sustituirlo por el exJemad Julio Rodríguez, que por dos ocasiones se quedó a las puertas del Congreso, y que logró el pacto de última hora entre las dos grandes corrientes de Podemos para liderar el partido en uno de sus bastiones clave.

La lista apoyada por los dos grandes nombres de Podemos se enfrentó a la de Isabel Serra como apuesta de los Anticapitalistas. Serra logró un tercio de los votos, y esta es otra fractura que amenaza al partido pero también a la plataforma Ahora Madrid.

El futuro del Ayuntamiento, la continuidad de Carmena, el posible ‘ticket’ Íñigo – Manuela en 2019, un previsible cara a cara entre Cifuentes y el rostro más transversal de Podemos… todo ello factible y frágil a partes iguales en un partido que ha normalizado la fractura pero que gana en las distancias cortas y en los espacios más pequeños.

En cualquier caso, la ventaja temporal de las elecciones autonómicas ha dado a Errejón una segunda oportunidad única para recomponer su figura y sus propuestas, también dentro de Podemos.

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