El BCE sigue los pasos de la Fed e inicia la retirada de su programa de estímulos

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El BCE sigue los pasos de la Fed e inicia la retirada de su programa de estímulos

El BCE reduce a la mitad sus compras de bonos, mientras que la Reserva Federal comienza a reducir su balance.

Sede del BCE

Meses de especulaciones después, y con un Consejo de Gobierno más dividido que de costumbre, el Banco Central Europeo (BCE) anunció en su reunión de octubre una reducción en el ritmo mensual de compras de bonos, en lo que el mercado ha interpretado ya como el primer paso en la retirada gradual de los estímulos. Los hombres de Mario Draghi siguen la estela marcada por la Reserva Federal, que junto a las subidas de tipos ha comenzado a reducir su balance.

Hasta diciembre de este año, el BCE seguirá comprando 60.000 millones de euros al mes en bonos, pero a partir de enero las compras se reducirán a la mitad (30.000 millones). En principio las operaciones seguirán hasta septiembre, aunque la institución se guarda la baza de extenderlas más allá de este horizonte temporal. Esta decisión generó cierta división en el seno del Consejo de Gobierno, ante las presiones de algunos miembros de que se pusiese fecha de caducidad al programa, algo que finalmente no lograron.

Llegue cuando llegue el final del programa de compra de bonos, la presencia del BCE seguirá dejándose notar en el mercado, ya que el poderoso banco central continuará reinvirtiendo el principal de los títulos que vayan venciendo “durante un tiempo prolongado tras el final de sus compras netas de activos y, en todo caso, mientras sea necesario”. De hecho, en su comparecencia ante la prensa Draghi prefirió hablar de “recalibrado” del programa de deuda, en vez del ‘tapering’ que hubiese dejado más a las claras la intención de empezar a reducir balance.

También parece que irá para largo el escenario de tipos de interés bajo mínimos. La facilidad marginal de crédito y la facilidad de depósito se mantienen sin variación en el 0,00%, el 0,25% y el -0,40% respectivamente y el BCE avisa de que seguirán ahí durante un período prolongado que superará “con creces” el horizonte de sus compras de bonos.

No obstante, con estas primeras medidas, los hombres de Draghi siguen los pasos de la Reserva Federal, que el pasado mes de septiembre anunció que empezaría a reducir su balance de deuda, enterrando finalmente el legado de Ben Bernanke al poner fin al último de los estímulos monetarios aplicados para contrarrestar la crisis financiera.

Comenzando en octubre, la institución presidida por Janet Yellen ha comenzado a desprenderse de manera “gradual y predecible” de su cartera de bonos, que ha pasado de apenas 800.000 millones de dólares en 2008 a los actuales 4,5 billones de dólares, impulsada por el agresivo programa de compra de títulos para reanimar la economía

La Fed ya había dejado de comprar deuda dentro de su agresivo plan de estímulo monetario, pero aún reinvertía los beneficios obtenidos por estos activos.

La normalización de la política monetaria pasa también, por supuesto, por la subida de los tipos de interés. De momento, la Fed ya ha elevado el precio del dinero en tres ocasiones, hasta el actual rango de entre el 1% y el 1,25%, y se espera que la tendencia continúe durante los próximos años.

Las futuras subidas de tipos probablemente ya no llevarán la firma de Yellen, que no se espera que repita mandato tras las críticas recibidas por parte del presidente de EEUU, Donald Trump, durante la campaña electoral.

El que no da marcha atrás en sus medidas de estímulo es el Banco de Japón, que mantiene los tipos de interés negativos (-0,1% el tipo de referencia) y sigue adelante con las compras, tanto de deuda soberana nipona, como de bonos corporativos e incluso de fondos cotizados e inmobiliarios.

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