Portugal aumenta su influencia

Análisis

Portugal aumenta su influencia

Mario Centeno presidirá el Eurogrupo. Todavía es ministro de Finanzas de uno de los pocos gobiernos de izquierdas de la UE y considerado el artífice de la salida de la crisis.

Mario Centeno, ministro de Finanzas de Portugal

Portugal, que por fin ha salido de su tradicional pesimismo social, está recuperando su imagen de país moderno e incrementando su influencia internacional. He aquí algunas pruebas: un portugués, José Manuel Durâo Barroso, presidía hasta hace poco tiempo la Comisión Europea; otro portugués, Antonio Guterres, es desde hace un año Secretario General de la ONU; y desde hace unas horas, un tercer portugués, Mario Centeno, está al frente del Eurogrupo, la conjunción de diecinueve países que comparten nuestra moneda única.

Aunque las comparaciones son odiosas, este éxito de la política exterior portuguesa, un país de once millones de habitantes, contrasta con la ausencia total de españoles en puestos de responsabilidad tanto en Europa como en el mundo. España cuadriplica la población de Portugal, su extensión y su producto interior bruto, pero de unos años a esta parte su influencia internacional es mínima. El Gobierno del PP presumía no hace mucho de formar parte del Consejo de Seguridad, pero la realidad es que aquel asiento temporal podría ser considerado poco menos que de turno.

Mario Centeno, economista de profesión, es todavía ministro de Finanzas del Gobierno socialista que encabeza Antonio Costa, uno de los pocos gobiernos de izquierdas de la UE, y considerado el artífice de una salida de la crisis que agobiaba al país con pleno éxito, mejorando los salarios de los trabajadores, atrayendo inversiones extranjeras, poniendo sus atractivos turísticos de actualidad, contribuyendo a la paz y todo gracias al milagro de mantener el apoyo de comunistas y extrema izquierda, dos partidos incompatibles entre sí, pero todos abiertos a un ejemplo de colaboración admirable en la discrepancia.

Centeno sustituirá en el cargo al prepotente holandés, de impronunciable apellido, Jeroen Diysselbloen, cuya gestión en los últimos cuatro años ha sido objeto de frecuentes críticas. Centeno no es afiliado al PS aunque sí muy próximo y, a diferencia de su antecesor al frente del Eurogrupo, una persona afable cuya argumentación, siempre clara y didáctica, contribuyó en los años más duros de la crisis a mantener el buen ánimo de los ciudadanos. La política portuguesa que desacató muchas veces las recomendaciones comunitarias, ha conseguido la recuperación sin agobiar aún más a los ciudadanos.

Quienes conocen su capacidad y formación coinciden en que es una mezcla de técnico y político ideal para el cargo. En sus manos queda desde ahora el futuro del euro, una moneda consolidada pero no exenta de riesgos. Tendrá que actuar con habilidad y firmeza, pero ambas cualidades son las que ha demostrado al frente de las finanzas de Portugal, donde además de la crisis crónica que sufría el país también tuvo que solventar graves problemas bancarios. Su elección frente a varios candidatos es un nuevo estímulo al orgullo portugués que ya no puede lamentarse de ser un país pequeño y olvidado.

Más información