El ‘boom’ del bitcoin coge con el pie cambiado a los bancos centrales

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El ‘boom’ del bitcoin coge con el pie cambiado a los bancos centrales

“El problema con el bitcoin es que podría explotar fácilmente y los bancos centrales podrían ser acusados ​​de no haber hecho nada”, reflexiona un miembro del BCE.

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Uno tras otro, los récords van cayendo: hace apenas unas semanas los analistas especulaban con la posibilidad de que el bitcoin alcanzase los 10.000 dólares, y ayer la popular criptomoneda pulverizaba los 11.000 dólares. Muchos empiezan a mirar la frontera de los 14.000 dólares como siguiente meta para antes de que acabe el año y, mientras, los bancos centrales de todo el mundo se encuentran en una posición cada vez más incómoda.

La capitalización del mercado es a día de hoy de unos 185.000 millones de dólares, mientras que el conjunto de las criptomonedas se sitúa en el entorno de los 250.000 millones. Esta cifra es muy pequeña si se compara con los balances que manejan Banco Central Europeo (BCE), Reserva Federal o Banco de Japón, que se mueven en cómputos de billones, pero aun así empieza a tener una relevancia difícil de pasar por alto.

“El problema con el bitcoin es que podría explotar fácilmente y los bancos centrales podrían ser acusados ​​de no haber hecho nada”, reconocía recientemente a Reuters el austriaco Ewald Nowotny, miembro del consejo de Gobierno del BCE. En ese sentido, “estamos tratando de comprender si la actividad bancaria en relación con el comercio de criptomonedas debe regularse mejor”.

Por el momento, las palabras más repetidas por los banqueros centrales es que las criptomonedas no suponen ningún riesgo para el sistema, pero siempre dejan la puerta abierta a una regulación. El propio presidente del BCE, Mario Draghi, señalaba el pasado verano en una carta a varios eurodiputados que las monedas digitales a día de hoy tienen una “limitada conexión” con la economía real, pero que la institución vigila de cerca los volúmenes negociados para preparar una “respuesta reguladora” en el futuro.

“Es probable que esa respuesta reglamentaria sea más eficaz si se coordina a nivel internacional”, avisaba el banquero italiano, ya que “un mosaico de respuestas reguladoras nacionales inconsistentes a las preocupaciones de estabilidad financiera puede no abordar estos riesgos adecuadamente”.

Un discurso muy similar al de Draghi ha mostrado Jerome Powell, que en febrero se convertirá en presidente de la Reserva Federal en sustitución de Janet Yellen. “Realmente no importan a día de hoy; simplemente no son lo suficientemente grandes. No hay volumen suficiente para que importen”, señalaba esta semana, cuestionado sobre si las criptomonedas podrían desestabilizar la economía.

Eso sí, “a largo plazo” podrían tener algo más que decir, así como el blockchain, la tecnología que subyace bajo el bitcoin, “podría tener aplicaciones significativas en la parte de pagos mayoristas de la economía”.

Por el momento el único que ha dado un paso significativo es el banco central chino, que prohibió en septiembre las ofertas iniciales de criptomonedas, bautizadas como ICO, al apuntar que son “esencialmente” una forma de “financiación ilegal no aprobada” que suscita “sospechas de venta ilegal de billetes, emisión ilegal de valores, toma de depósitos ilegal, fraude financiero, comercialización ilegal y actividad delictiva relacionada”.

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