Viajar… para comprar y luego vender

Cuba

Viajar… para comprar y luego vender

¿Y qué se compra y se vende? Pues de todo lo imaginable hasta lo insólito.

Cuba La Habana Che Guevara tienda

Esa agradable mezcolanza básicamente entre españoles y negros esclavos o libertos, más otros ingredientes en menor cuantía (aborígenes y hasta chinos traídos para levantar el ferrocarril), hicieron posible el germen de la nacionalidad cubana. Unos cuantos siglos después, el cubano lleva un sello tan propio y característico que hasta los propios ancestros ibéricos no acaban de entender.

Con el tiempo y la historia, ya mejor formaditos como cubanos, la Metrópoli impuso serias y dañinas medidas para el libre comercio, entonces la respuesta fue el contrabando, manejar las cosas como decimos en la actualidad, “por la izquierda”.

Una vez suprimidas las restricciones en el 2013 para poder viajar libremente y que en términos prácticos es algo así como la vuelta a la tortilla porque “puedes salir donde quieras. Veamos quién te concede la visa”, son muy elevadas las cifras de cubanos que han salido al exterior en los últimos tiempos.

Con ciudadanía española tenemos unos 600 000 compatriotas y la suma puede crecer. Están junto a ellos los que han logrado visas en EEUU por cinco y diez años e igual condición en México, Canadá y Europa sin dejar de tener en cuenta que casi una veintena de países no nos exigen visa. Tal es el caso de Rusia.

Muchos, muchísimos de los nuevos españoles tan siquiera han puesto un pie en Barajas y cuidado no confundan a Mío Cid Campeador con el autor del 23 F. Eso sí, de fútbol y farándula están más que informados y enterados, así como de la red establecida en el balneario de Cancún, México, donde los cubanos controlan desde el hospedaje, comida, transportación, venta y tramitación oficial de envíos de carga.

¿Y qué se compra y se vende? Pues de todo lo imaginable hasta lo insólito. Desde trapos para la cocina, detergentes, crema dental, jabones de tocador, ropa, zapatos, tintes para el cabello, motos eléctricas, recambios para automóviles rusos hasta sofisticados televisores, neveras y equipos de aire acondicionado. En fin, de todo o casi todo.

Que ya habrá tiempo para hacer turismo, aseguran unos.

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