El peso de los jóvenes en el mercado laboral mundial se desploma en dos décadas

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El peso de los jóvenes en el mercado laboral mundial se desploma en dos décadas

Los indicadores de precariedad, temporalidad y sobre trabajadores por debajo del umbral de la pobreza empeoran significaticamente las cifras de la fuerza laboral adulta.

Joven trabajando

Entre 1997 y 2017, la población joven aumentó en 139 millones de personas, mientras que la fuerza de trabajo juvenil disminuyó en 35 millones de personas. Esta dinámica también está reflejada en una proporción decreciente de jóvenes en la fuerza de trabajo mundial, la cual pasó del 21,7% en 1997 al 15,5% en 2017.

La Organización Mundial del Trabajo (OIT) cifra el desempleo juvenil en todo el planeta en torno al 13%, y apunta que empeorará en los próximos años a tenor de los datos de su informe “Tendencias mundiales del empleo Juvenil” para este ejercicio.

“La cifra estimada de 70,9 millones de jóvenes desempleados en 2017 constituye una mejora sustancial en relación al nivel más alto de la crisis, de 76,7 millones en 2009. Pero se prevé que este número aumente en otros 200.000 en 2018, para llegar a 71,1 millones”.

A nivel mundial, el considerable aumento de las tasas de desempleo juvenil entre 2010 y 2016 en África del Norte, los Estados Árabes, y América Latina y el Caribe, ha sido contrarrestado por las mejoras en el mercado de trabajo de los jóvenes en Europa, América del Norte y África Subsahariana.

El crecimiento económico mundial sigue estado desconectado del crecimiento del empleo, y la inestabilidad económica amenaza con revertir los logros alcanzados en materia de empleo juvenil. La relación de las tasas de desempleo jóvenes-adultos apenas ha cambiado a lo largo de la última década, reflejando las profundas y extensas desventajas de los jóvenes en el mercado de trabajo.

El informe señala además las persistentes vulnerabilidades que afectan a las mujeres jóvenes en el mercado laboral. En 2017, la tasa mundial de participación de las mujeres en la fuerza laboral es 16,6 puntos porcentuales inferior a la de los hombres jóvenes. Las tasas de desempleo de las mujeres jóvenes son además significativamente más altas que las de los hombres jóvenes, y la brecha de género en la tasa de jóvenes que no trabajan, no estudian, ni reciben formación es aún más amplia. A nivel mundial, esta tasa es de 34,4% entre las mujeres jóvenes, frente a 9,8 por ciento entre los hombres jóvenes.

En 2017, 39% de los trabajadores jóvenes en el mundo emergente y en desarrollo – 160,8 millones de jóvenes – viven la pobreza extrema o moderada, es decir con menos de 3,10 dólares al día. Hoy día, más de dos de cada cinco jóvenes de la población activa están desempleados o son trabajadores pobres, una dramática realidad que tiene un impacto en todas las sociedades del mundo.

Para muchos de estos jóvenes, su presente y su futuro se encuentran en la economía informal. A nivel mundial, tres de cada cuatro mujeres y hombres jóvenes, están empleados en la economía informal, frente a tres de cada cinco adultos. En los países en desarrollo, esta relación es tan alta como 19 de cada 20 mujeres y hombres jóvenes.

Por consiguiente, el desafío del empleo juvenil no consiste sólo en crear empleos, sino también – e incluso más – en la calidad del trabajo y el empleo decente para los jóvenes.

“Es fundamental hacer frente a estos persistentes desafíos sociales y del mercado laboral que enfrentan los jóvenes, mujeres y hombres, no sólo para alcanzar el crecimiento sostenible e inclusivo sino también para el futuro del trabajo y la cohesión social”, declaró Deborah Greenfield, Directora General Adjunta de Políticas de la OIT.

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