¿Por qué se construye tan poca vivienda nueva en España?

Mercado inmobiliario

¿Por qué se construye tan poca vivienda nueva en España?

La crisis se llevó por delante a un gran número de pymes promotoras y esta es una de las causas de que no se inicien las 200.000 casas anuales para las que hay demanda.

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La construcción de viviendas nuevas se recupera muy lentamente y una muestra son las 65.000 viviendas nuevas que se iniciaron en 2016, una cifra superior a la de las primero años de la crisis, pero todavía muy, muy lejos de las 700.000-800.000 viviendas que se iniciaban anualmente durante el boom inmobiliario, en cuyo pico se llegaron a iniciar un millón de unidades. Y la pregunta es por qué se inician tan pocas promociones residenciales en España.

Paloma Taltavull da algunas claves de porque se construye tan poco y lo hace en su artículo “El sector de la vivienda: coyuntura y expectativas”, incluido en Los Cuadernos de Información Económica de La Fundación de las Cajas de Ahorros Funcas” en el que hace un análisis de la coyuntura de la vivienda con especial atención a los precios, explicando las razones por la que los precios de alquiler experimentan un crecimiento fuerte, pero no los de la vivienda en propiedad y en el que concluye que “el aumento de la oferta de unidades en alquiler, o en propiedad es el elemento que puede eliminar la tensión en los mercados residenciales en España”.

Taltavull, catedrática de Economía Aplicada de la Universidad de Alicante, que considera que en estos momentos habría necesidades para iniciar la construcción de 200.000 casas, cree que “la ausencia de suficientes promotores está ralentizando los procesos de construcción de nuevas viviendas, a pesar de la recuperación de la demanda”, debido a que “el sector sufrió un fuerte impacto durante la crisis, destruyendo una elevada proporción de empresas” constructoras y promotoras.

“Uno de los efectos de la crisis que aún no se ha resulto es la destrucción del tejido productivo, que estaba compuesto por un porcentaje elevado de pequeños y medianas empresas que son las que daban flexibilidad al mercado” explica Taltavull, quien subraya que “el gran boom de la época expansiva en España fue un ciclo bueno para dar vivienda a los hogares, recordando que se dio casa a la inmigración “ya que las pequeñas constructoras veían demanda por parte de inmigrantes y adaptaban las viviendas a la capacidad de pago de ese sector de la población y también “fue una década de extraordinario acceso de los jóvenes que ahora ya no lo tiene” y hace notar que la razón de esa fuerte ciclo edificatorio -que se produjo durante 10 ó 12 años- se debió a la gran flexibilidad del aparato productivo, que es posible cuando se tienen empresas de distinto tamaño”.

La colaboradora de Funcas señala que en la actualidad hay una insuficiente red de productores de vivienda porque ha desaparecido, haciendo hincapié en que los pequeños promotores existentes aún no ha recuperado la confianza mientras que las medianas y grandes compañías no tienen capacidad de construir mucho.

Esta catedrática también destaca que “el incentivo precio no está dando un empuje suficiente a la construcción” ya que aunque “hay demanda de sobra”, el “crédito no fluye por culpa del mercado de trabajo y la bajada de salarios lo que considera una reacción lógica por parte de las entidades financieras. Recalca Paloma Taltavull que esto ocurre especialmente entre los jóvenes, que “durante una década han sido maltratados vía salarial” ya que son las mayores demandantes de vivienda pero estos no tiene capacidad de pago y los bancos no les dan créditos”.

Esta experta advierte que la falta de vivienda nueva en propiedad y una insuficiente oferta en alquiler es lo que está originando las importes subidas de los precios de los arrendamientos que se están registrando, por lo que considera que un ‘mix’ entre la construcción de un nuevas viviendas y medidas para potencial el alquiler en un punto de equilibrio sería lo ideal, con un papel importante por parte de las Administraciones, ya que estima que la política pública de vivienda es “absolutamente clave tanto para revitalizar la promoción, en las zonas que se necesita, como para evitar la pobreza.

Opina dicha catedrática que la iniciativa pública podría empujar a la privada, especialmente en la construcción del tipo de viviendas que necesita la gente ya que se adaptarían su capacidad de pago. Para demostrar su argumento, recuerda que antes de la crisis la promoción pública tenía un efecto de arrastre, debido a que los promotores (especialmente los pequeños y no en las grandes ciudadas) que eran contratados para hacer vivienda pública cuando terminaban la obra, inmediatamente empezaban a construir otra con los beneficios obtenidos, en todo un ejemplo de promoción ágil.

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