Tope de refugiados, el escollo que dificulta a Merkel formar Gobierno

Alemania

Tope de refugiados, el escollo que dificulta a Merkel formar Gobierno

"En una coalición con nosotros no se fijará ningún límite (anual) para la acogida de refugiados", señaló la copresidenta del partido Los Verdes, Simone Peter.

Pareja de refugiados

Tres días después de las elecciones generales en Alemania, en las que el partido de Angela Merkel se alzó ganador en minoría, la canciller tendrá que demostrar mano izquierda para lograr tejer una alianza de Gobierno en la que la imposición de un tope a la llegada de refugiados se dibuja como el principal escollo. Después de que el Partido Socialdemócrata (SPD), su socio menor en la pasada legislatura, decidiese darle la espalda y volver a la oposición tras su debacle en los comicios del domingo, la mandataria ha puesto su ojo en el renacido Partido Liberal y la combativa formación de Los Verdes, con quienes pretende formar una coalición tripartita que gobernaría Alemania con amplia mayoría.

«En una coalición con nosotros no se fijará ningún límite (anual) para la acogida de refugiados», señaló la copresidenta del partido Los Verdes, Simone Peter, en declaraciones que hoy publica el diario «Rheinische Post», quien también aboga por agilizar las reagrupaciones familiares de los solicitantes de asilo que residen en Alemania.

Los liberales, aunque se dejan querer y evidencian que su intención es formar parte del próximo Ejecutivo, también se oponen categóricamente a un tope al ingreso de refugiados, medida que consideran contraria a la Constitución.

Una postura que choca de pleno con los planes de los socialcristianos de la CSU, el aliado bávaro de la Unión Cristianodemócrata (CDU) de Merkel, que la dirigente también necesita de su lado para que le cuadren los números.

«Ahora vamos a ver si también, en lo que a contenido se refiere, somos hermanos», señaló el socialcristiano bávaro, Alexander Dobrindt, dando a entender que no extenderán la alfombra a la canciller.

«Está claro que un tope a la llegada de refugiados debe ser parte de un acuerdo de coalición», agregó.

Con este panorama, el acuerdo de conveniencia no parece sencillo y pone de manifiesto que la política migratoria constituye la verdadera línea roja que marcará las negociaciones, más allá de otros enfrentamientos que podrían surgir entre las tres formaciones en temas como la protección del clima o la política fiscal, donde cuentan con propuestas diametralmente opuestas.

Merkel está obligada a hacer malabarismos, una vez que en el país todos son conscientes de que la conocida como coalición tripartita «Jamaica», llamada así por los colores de los partidos que hacen referencia a la bandera del país caribeño – FDP (amarillo), conservadores (negro) y Verdes- se perfila como la única solución.

Su pragmatismo le será de gran ayuda a la hora de convencer a sus «parientes» de la CSU, que se muestran renuentes y amenazan con convertirse en la piedra en el zapato de Angela Merkel que dificulte una transición tranquila hacia su cuarto mandato consecutivo.

Los ánimos están caldeados en Múnich porque el partido conservador bávaro ha sido el más castigado en las urnas en las elecciones generales del domingo, donde se dejó más de diez puntos y vio ascender en su feudo a los ultraderechistas de Alternativa para Alemania (AfD).

Además, la CSU afronta en un año comicios regionales en los que el imperativo es defender la mayoría absoluta que ostenta en la católica Baviera desde 1962.

Para conseguirlo tendrá que presentarse ante su electorado con credenciales y ello, en la región a la que durante la crisis migratoria de 2015 llegaron más refugiados, pasa por limitar el acceso de peticionarios de asilo.

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