El Gobierno y el Ministerio del Interior ya han puesto fecha de caducidad a uno de los mayores dispositivos policiales de la democracia. La operación del 1-O concluirá, salvo imprevistos, el 5 de octubre. La idea de Interior es que para ese día ya no quede ningún guardia civil desplazado a Cataluña.
A pesar de que el ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, haya asegurado este miércoles en la sesión de control del Congreso que el refuerzo de policías y guardias civiles en Cataluña se mantendrá «mientras sea necesario«, fuentes de la Benemérita han confirmado ElBoletin.com que la decisión del ministerio en estos momentos es empezar a retirar a los agentes desplazados a partir del 3 de octubre.
“La idea es que para el 5 de octubre no quede ninguno de los (agentes) desplazados. La retirada del operativo se hará progresivamente a partir del 3 de octubre”, ha confirmado un alto representante de la Guardia Civil a este periódico.
Esto significa que a partir del martes que viene el dispositivo de 4.000 guardia civiles dedicados al referéndum del 1-O comenzará a menguar. 2.000 de ellos han sido destinados – y hacinados en cruceros – procedentes de otras partes de España mientras los otros dos mil residen y ejercen su trabajo en Cataluña.
Precisamente son estos miles de agentes residentes en Cataluña los que más preocupación tienen hacia su futuro. No tanto al futuro político como al social y familiar. El estigma que pueda quedar después de estas últimas semanas temen que pueda afectar a su vida y a la de sus familiares y amigos.
Respecto a las controvertidas despedidas realizadas a los agentes de la Guardia Civil destinados a Cataluña (“a por ellos”), fuentes de la Benemérita han querido restarles importancia. “Han sido espontáneas, no nos posicionamos, ni tampoco han sido organizadas por la Guardia Civil”, afirman fuentes de la Benemérita a ElBoletin.com.
