Los vecinos de Centro denunciarán al Ayuntamiento otras 350 viviendas turísticas ilegales

Madrid

Los vecinos de Centro denunciarán al Ayuntamiento otras 350 viviendas turísticas ilegales

Distintos colectivos del distrito se reunirán la próxima semana para crear una plataforma contra la turistificación de sus barrios.

Puerta del Sol de Madrid

Los vecinos del distrito Centro no están dispuestos a que sus barrios se conviertan en “parques temáticos” dirigidos al turismo y a que “los vecinos de toda la vida” sean expulsados de sus casas por la proliferación sin control de viviendas turísticas ilegales.

Por ello, tal y como adelantó a ElBoletin.com, el presidente de la Asociación Vecinal de Sol y Barrio de Las Letras, Víctor Rey, distintos colectivos del Centro se reunirán la próxima semana con la intención de constituir una plataforma ciudadana para exigir a las administraciones que “se legisle de una forma definitiva y clara el alquiler turístico en Madrid y se ponga límite a esta barbaridad”.

Además, también la semana que viene o a primeros de octubre “a lo más tardar”, la AV Sol y Barrio de Las Letras presentará en el Ayuntamiento una nueva batería de denuncias de pisos turísticos. “Denunciaremos otras 350 viviendas turísticas ilegales, que se unirán las 250 que denunciamos el pasado mes de julio, ya que tenemos detectadas 1.200 viviendas que se alquilan a turistas de forma ilegal pero estamos haciendo las comprobaciones pertinentes”, explica Víctor Rey, quien recuerda que los datos que manejan desde la asociación son preocupantes pues calculan que a “día de hoy el 90% de los edificios del barrio de Las Letras (10.000 habitantes) alberga al menos una vivienda turística”. Además, dicen tener localizados 30 edificios dedicados en exclusiva o con un porcentaje superior al 85% de sus viviendas a este tipo de uso comercial.

Víctor Rey precisa que fue en septiembre pasado cuando comenzaron a detectar el problema, una problemática que ha ido creciendo dado que a los fondos que compran inmuebles para destinarlos al alquiler turístico se han unido los inversores particulares, animados por la alta rentabilidad y por 17 plataformas que se dedican a este negocio.

Este fenómeno ha supuesto –a juicio de la asociación- que el precio del parque de viviendas tanto en venta como en alquiler se haya puesto por las nubes. “Un piso en la calle Amor de Dios que se alquilaba a 1.200 euros ahora se arrenda a 2.000 euros y en la calle Prado se ha pasado de un alquiler mensual de 750 euros a 1.500”, son algunos de los ejemplos que pone el presidente de la asociación como muestra de cómo se han disparado los precios con la “eclosión” de pisos para turistas. Algo que ha provocado –según Rey- que en todo el Barrio de las Letras no haya pisos para alquilar salvo que estés dispuesto a pagar cantidades desorbitadas”.

Asegura que la situación es tan grave que “en la Plaza de Santa Ana ya casi no queda ningún vecino y cita como muestra los dos edificios que actualmente se están rehabilitando para hacer apartamentos turísticos y en los que hasta hace poco más de un año había vecinos.

Expulsión del pequeño comercio

El presidente de esta entidad vecinal destaca que la expulsión del vecino no es la única consecuencia negativa que conlleva un auge descontrolado del alquiler a turistas “ya que si se van los vecinos también se marcha el pequeño comercio, el comercio de cercanía, por lo que ya casi no se puede encontrar en el barrio una carnicería, una mercería o una pescadería”. Víctor del Rey también alerta de que el precio de los locales comerciales en estas zonas afectadas por una masiva turistificación también se están disparando, por lo que el barrio pierde su identidad y se convierte en un parque temático puro y duro”.

El presidente de esta asociación quiere dejar claro que no están en contra del turismo “ya que, especialmente en Las Letras, estamos acostumbrados a que nuestro barrio sea históricamente una zona de paso de turistas, el problema es el desparrame de ocupación de viviendas y locales. Una situación que también está provocando tensión social.

El boom de los alojamientos turísticos está provocando en muchas ocasiones la “presencia de un turismo low cost, muy de fiesta y de borrachera, con lo que los conflictos vecinales por ruidos o problemas de inseguridad están a la orden del día”, con enfrentamientos no sólo entre los turistas y los residentes sino entre los propietarios de pisos de un mismo edificio que culpan a quien se ha decantado por el alquiler turístico de las molestias que generan estos inquilinos que viven en sus edificios solo unos pocos días.

Nuevas movilizaciones

Por eso, esta asociación vuelve a salir la calle contra la proliferación descontrolada de los apartamentos de uso turístico en el distrito Centro, con una concentración hoy en la Plaza Matute con la que pretende sensibilizar al vecindario sobre estas consecuencias negativas de la turistificación. Y, de paso, recoger firmas para exigir a las administraciones que actúen contra estas prácticas ilegales, “con las no se están pagando impuestos y que tampoco crean puestos de trabajo, “ya que el empleo que se general es absolutamente escaso y precaria”, en opinión del presidente de la asociación vecinal.

En la convocatoria de los actos de hoy, el colectivo recuerda que este fenómeno de turistificación “está poniendo en peligro el derecho a vivir en nuestros barrios, con nuestras familias, a pasear por nuestras calles, a comprar en nuestros establecimientos vecinos y de cercanía, y a disfrutar en definitiva, de nuestra ciudad”

Y recuerda que “más allá del Ayuntamiento, la Comunidad de Madrid es en última instancia la administración responsable de la proliferación descontrolada de las viviendas de uso turístico, dadas sus competencias en la materia”. Por lo que la Asociación Vecinal de Sol y Barrio de Las Letras ha remitido a los responsables autonómicos numerosos ejemplos de pisos del barrio que, de manera irregular, son empleados como alojamientos turísticos. Precisando que se trata de viviendas diferentes a las denunciadas ante el Consistorio, y que cuentan con permiso de la Comunidad de Madrid.

Su queja es clara: “Ninguna de las dos administraciones ha hecho nada hasta el momento para resolver este grave problema”.

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